SIMPLEMENTE, LO QUE VEO/fotos de mi archivo
Los ascensores de la ciudad chilena de Valparaíso son una parte esencial de su personalidad, la solución, ideada a finales del siglo XIX para poner en contacto de una forma rápida la parte baja, que se extiende junto al mar, con la que se iba apropiando de los numerosos cerros colindantes. Estos pequeños funiculares, construidos con estructuras de madera y hierro, trepan por las laderas empinadas ayudando a salvar importantes desniveles. Precisamente lo artesanal de su estructura, andamiajes de hierro y madera que sustentan los raíles, y lo frecuente de terremotos e incendios, fueron acabando a lo largo del siglo XX con muchos de ellos.
En Valparaíso, desde 1883, llegaron a existir hasta 30 ascensores, si bien en las últimas décadas se fueron cerrando casi todos debido tanto a su escasa rentabilidad como a la dificultad de su mantenimiento. Sin embargo, dada su importancia en la historia de la ciudad y la peculiaridad de sus estructuras, varios de ellos fueron adquiridos por el Estado y declarados Monumento Nacional con el fin de restaurarlos y asegurar su mantenimiento.
La fotografía de arriba, realizada en 1994, muestra la estación superior del ascensor del cerro de Monjas. Es la puerta que da a la calle Bianchi. La foto de abajo muestra la sencilla puerta de acceso en la entrada inferior, que da a la calle Baquedano. Con un recorrido de 110 metros salvaba un desnivel de 55 metros en un minuto. Fue construido en 1912 y cerrado en 2009, si bien se encuentra entre los que fueron declarados Monumento Nacional. Se caracteriza por un singular recorrido en el que atraviesa, mientras trepa, pasadizos y escaleras así como por la gran estructura de madera de su estación superior. En ella se localiza, además, un balcón desde el que contemplar una buena panorámica de la ciudad.
Fotos: Entradas superior e inferior del ascensor de Monjas, en la ciudad chilena de Valparaíso. Chile, 1994 © Javier Prieto Gallego. Puedes ver más fotografías de mi archivo en este enlace.