Cubos de mar
El espigón decorado por el artista Ibarrola es una principales atracciones la localidad asturiana de Llanes
© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGOPoco imaginaban los indianos y balleneros llaniscos del siglo XIX que el regreso a puerto de los barcos en el siglo XXI estaría amenizado por una montonera de cubos gigantescos pintados de colores, tan llamativos y desordenados que atraerían cada día del verano a otro montón de mirones, tan desordenados y colorinescos como los propios cubos tirados al desgaire de la brava ensenada para refrenar, no se sabe si por su atrevimiento u originalidad, las embestidas del mar.
Lo cierto es que esos cubos de hormigón amontonados a la entrada del puerto de Llanes se han convertido en una de las principales atracciones de esta solariega villa marinera del oriente asturiano. El mérito hay que apuntárselo al equipo de artistas dirigido por el pintor vasco Agustín Ibarrola que en el año 2001 comenzaron la tarea de iluminar, dar vida y color, a más de 300 cubos de hormigón y algunas piedras de la escollera con la obsesión de componer una intervención artística original, de abierta interpretación, y tan llamativa que resulta difícil no encontrar en ella algún punto de interés.
El proyecto, desarrollado en dos fases, comenzó en ese año por el lado interior de la escollera para extenderse más tarde hacia el exterior del espigón, pintando de colores lo cubos que frenan desde ese lado las embestidas del mar. Vestir de colores el gris austero del hormigón ha supuesto la utilización de más de 5.000 kilos de pinturas especiales. Las mismas que se utilizan en plataformas petrolíferas y barcos. El mural, que ya todo el mundo conoce como Los cubos de la memoria, pretende reflejar sobre duros bloques de hormigón una memoria con tres caras: la memoria del arte, simbolizada por motivos prehistóricos; la memoria del artista, que emana de esta obra como una síntesis de su larga carrera artística; y la memoria del territorio, que se muestra a través de los temas figurativos que hacen relación a la historia marinera, rural y urbana de Llanes.
La intención de Ibarrola ha sido la de crear una obra artística en la que se pide la participación activa del espectador. Así, las sugerencias que emanan de sus cubos varían en función del lugar escogido para su contemplación. Pueden disfrutarse desde el mismo puerto, casi tocando los colores. Pero la vista varía si se observan desde el faro, o desde Puerto Chico, o desde Ballota. El propio autor, en sus reflexiones sobre la realización del proyecto, asegura haber contemplado el paisaje de Llanes y de Asturias para que la obra hable también de la historia de sus gentes. Según el autor, estos cubos no son sólo geometría conceptual.
Tampoco Llanes son sólo sus cubos. Esta localidad, que está considerada como la gran puerta de entrada al oriente asturiano, basa buena parte de su atractivo en el excelente estado de conservación de su patrimonio monumental. Además, se encuentra situada en un lugar privilegiado, con numerosas playas de gran belleza en los alrededores. La inminencia del murallón montañoso que suponen la sierra de Cuera y los Picos de Europa, dominando el horizonte interior del concejo, contribuye a crear paisajes llenos de contraste y tipismo.
El encanto de su casco antiguo se encuentra abrazado por el recinto amurallado, de unos 800 metros de perímetro, puesto en pie entre los siglos XIII y el XV. De él sobresale el torreón medieval en el que se sitúa la Oficina de Turismo. Muy cerca queda la basílica de Santa María, en un lugar destacado. Es una obra gótica realizada entre los siglos XIV y XV, aunque con rasgos y elementos de época anterior y estilo tardorrománico, como la portada occidental y algunos capiteles del interior. Pero el cogollo de callejas y plazoletas que se abren en torno a ambas cuentan con el aderezo de un puñado notable de palacetes señoriales y casonas.
Otros rincones de Llanes
PASEO DE SAN PEDRO. Este paseo, que se sitúa sobre la misma muralla que protege a la población del mar, data de 1847. Cubierto de césped y con vistas a los acantilados, se alarga más de un kilómetro por el litoral brindando la oportunidad de disfrutar de sus miradores.
LA PLAZA DE SANTA ANA
Uno de los rincones del casco antiguo que mejor cosnerva el ambiente medieval de la localidad y donde mejor se rastrean su ancestral pasado marinero. En este espacio se situaba la puerta de la muralla de San Nicolás, de la que solo tenía llave el gremio de mareantes. Además de la capilla de Santa Anata y el palacio de Gastañaga se localiza la Casa de la Ballena, el lugar donde se despiezaban y subastaban las ballenas pescadas por los llaniscos.
LA CASA DE JUAN PARIENTE
En la calle Mayor se localiza la casa más antigua de la localidad, famosa también porque en ella durmió Carlos V en 1517.
LA CASA DEL CERCAU
Palacete junto a la muralla y a la basílica, de origen renacentista edificado en 1597. Perteneció al obispo Pedro Junco Posada, consejero real del Santo Tribunal de la inquisición.
LA MURALLA
De origen medieval, fue levantada en el siglo XIII. Tuvo en su origen 840 metros de perímetro, forma cuadrangular y cuatro puertas principales. El mejor punto para observarla es en la Playa del Sablón.
EL TORREÓN
Del S. XIII, forma parte del sistema defensivo de la muralla y ahora acoge la Oficina de Turismo. En su momento también fue utilizado como cárcel.
EL PALACIO DE GASTAÑAGA
En la plaza de Santa Ana. De traza medieval, es uno de los edificios más singulares y antiguos del casco histórico de Llanes y uno de los pocos edificios de traza civil de los siglos XV y XVI que quedan en Asturias.
AULA DEL MAR. Este espacio museístico se halla ubicado en el edificio que ocupara el antiguo matadero de Llanes, cerca del parque de Las Marismas. Su objetivo es ilustrar al visitante sobre la peculiar relación que la villa mantuvo y mantiene con el mar.
INFORMACIÓN. Ayuntamiento de Llanes, Tel. 985 40 00 71/ 985 40 01 02. www.llanes.com. Oficina de Turismo, tel. 985 40 01 64.
Mapa de situación
