Cuerpo a tierra
Un sendero recorre las trincheras de la Guerra Civil en los pinares de Valsaín
© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO
Refrescar la memoria histórica no sólo es dar sepultura digna a quien anda tirado en las cunetas. También es darse un garbeo por entre las zanjas que sirvieron de parapeto en la guerra fratricida que sembró de cadáveres, por ejemplo, los hermosos pinares de Valsaín, a un tiro –valga la licencia- del aristocrático Palacio Real de La Granja. En el paseo autoguiado que parte de las instalaciones del Centro Nacional de Educación Ambiental –CENEAM- no se oyen los tiros ni las explosiones, no salpica la sangre ni se pasa hambre o frío, no se pasa sed ni huele a pólvora, no se pasa miedo ni la temperatura se desploma a quince grados bajo cero. En el paseo autoguiado que lleva por título Paisajes de Guerra los pinares huelen a pino, y el picapinos golpea los troncos sin saber que su juego es la réplica perfecta de una ametralladora asesina, la chicharra canta al verano, las mariposas mariposean y el aire silba mientras se rasca con las ramas verdes de la pinochera. Y sin embargo, qué gran lección para el futuro. Porque no hay nada que ponga tanto los pelos de punta como el espectacular contraste de un paisaje en paz, pleno de alicientes para el disfrute de la naturaleza pero recorrido por las costuras de una guerra, las trincheras en las que quedaron mezclados para siempre el sudor, la sangre y el barro de hombres que un día se vieron obligados a matarse entre sí por orden de la autoridad vigente.
Este recorrido es uno más de los varios que pueden realizarse en el entorno de los pinares de Valsaín con documentación facilitada por el CENEAM. Un entorno natural en el que, sin duda, han pasado muchas cosas desde que fuera escogido por el rey Enrique III como uno de sus rincones favoritos de caza. A un paso de las trincheras discurre el espectacular Camino de las Pesquerías Reales, siguiendo las orillas enlosadas de un Eresma que resultó irresistible para las apetencias piscícolas de Carlos III. Otro camino recorre el pueblo de madereros que convirtió estos bosques en fuente de riqueza, mientras enlaza el derruido palacio de Felipe II con el de La Granja.
Así, a golpe de bota y calcetín se hace más que evidente la importancia que, por unas u otras causas, tuvo desde siempre esta barrera montañosa, convertida en paso estratégico en no pocas ocasiones. Una de ellas, durante la pasada Guerra Civil. Casi desde el primer momento de la contienda la Sierra de Guadarrama y sus puertos se convierten en objetivo prioritario para ambos bandos, empeñados en apropiarse de ellos para afianzar sus posiciones y permitir el despliegue de sus ejércitos. Es así como el llamado Bando Nacional teje en las faldas del Cerro del Puerco una de las muchas posiciones atrincheradas que extendió por toda la sierra, al mismo tiempo que el bando republicano hacía lo mismo en otras zonas más altas mientras intentaba su asalto a estas.
La ladera en la que se encuentran las instalaciones del CENEAM corresponde a la posición 35 de la 72 División del Ejército Nacional. Y de no ser por la labor de recuperación llevada a cabo con la colaboración de distintos programas de voluntarios y campos de trabajo, apenas nada llamaría en ella la atención de un visitante no avisado: algún resto de hormigón, que podría pensarse relacionado con la industria forestal, y los retazos de un fortín con el escudo de La Falange grabado en el cemento. Lo demás pasaría por caprichosos relieves del suelo tal vez provocados por el uso de maquinaria en la explotación del bosque.
Pero gracias a la recuperación llevada a cabo es posible descubrir por dónde estuvieron trazadas las trincheras y cómo el tiempo y la erosión acabaron disimulando estas cicatrices del bosque. El paseo, para el que es imprescindible contar con el folleto que facilitan en el centro o haberlo descargado de su Web, va poniendo al corriente de cómo el paisaje durante la guerra era muy distinto al actual; lleva de la mano hasta una de las trincheras que se ha vuelto a excavar para dar la medida exacta del horror y hasta permite al paseante discurrir durante unos metros por su interior; alerta sobre la importancia del agua para el soldado y guía hasta los restos de uno de los barracones de la tropa. El recorrido es corto, unos 1.300 metros, pero suficiente para poner el alma en un puño. Suficiente para condensar en una lección de historia la brutalidad de la guerra.
EN MARCHA. El CENEAM se encuentra a la salida de Valsaín en dirección al puerto de Navacerrada. Puede llegarse desde Segovia en 16 km por la CL-601.
DESCARGATE AQUÍ el track de este paseo.
PAISAJES DE GUERRA. Sendero autoguiado de 1,3 km de recorrido que puede realizarse, según las paradas, en una hora. Recomendado para hacer con niños. El paseo no tiene paneles de información, por lo que resulta imprescindible contar con el folleto que facilitan en el CENEAM. Este folleto se puede descargar AQUÍ. Con él en la mano es fácil de seguir gracias al reguero de flechas, balizas y postes que señalan las paradas de la interpretación.
INFORMACIÓN. Centro Nacional de Educación Ambiental, tel. 921 47 17 11.
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Episodio del programa PISTAS (los jueves, 19,00 horas en “Aquí en la Onda, Onda Cero Castilla y León”) dedicado al Sendero de los Reales Sitios. Este sendero, señalizado y de fácil recorrido, discurre entre las localidades de La Granja, Valsaín y la Pradera de Navalhorno. Tiene 9 km y puede hacerse en una tres horas. En el programa hablamos de cómo hacerlo y, sobre todo, de la interesante historia que se esconde tras él.
Desde la ciudad de México, vi fotos, leí tus textos y agradezco me hayas devuelto a mi infancia.
¡Qué bien! Me alegro de que te gustara. Saludos.
Me parece fantástico el recorrido que propones en la senda de los paisajes de guerra de Valsain.
Estaba buscando algo para hacer con un grupo de padres e hijos que nos vamos a juntar el dia del padre y me parece genial.
Tenemos 2 perros, según tu experiencia piensas que el recorrido se puede hacer con ellos sueltos, ya que tambien me gusta que disfruten del campo pero no se si esta senda estará o no masificada de mucha gente o de bicicletas. Un placer leerte y muchas gracias por tu colaboración
Hola, Ángel.
Pues es una buena idea. Es una senda muy facilita y corta. Más bien es un corto paseo en el que se van recorriendo las trincheras y da pie a conocer y a hablar sobre la historia y el paisaje. Te recomiendo vivamente que antes de ir os pongáis en contacto con el CENEAM para preguntarles sobre el estado actual de la senda. Abrazos.