Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO
Si vienes a Valladolid y no andas muy sobrado de tiempo tal vez te venga bien saber cuáles son, a mi juicio, los diez lugares que yo no dejaría de ver. Espero que esta pequeña lista te sirva a la hora de planificar tu viaje.
01 PLAZA DE SAN PABLO.
En torno a esta plaza se fueron configurando, a lo largo de los siglos, los espacios más nobles de la ciudad. Así llegó convertida, en torno al siglo XVI, en el espacio público por excelencia del Valladolid cortesano. Hoy es un auténtico punto neurálgico de visita imprescindible para cuantos viajeros quieren disfrutar de los rincones más singulares de la ciudad. A ella se asoman dos de sus más notables palacios, el Real, frente a la iglesia, y el de Pimentel, a un costado.
Su elemento arquitectónico más notable es, sin duda, la maravillosa fachada de la iglesia. Su construcción da comienzo en 1497 y a esa fase corresponde íntegramente la mitad inferior de este auténtico retablo al aire libre pensado para ensalzar la genealogía de la orden dominica, realizado por el arquitecto y escultor del foco burgalés Simón de Colonia en el llamado estilo hispano flamenco.
02 MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA.
Es, sin duda, la estrella de los museos vallisoletanos. De hecho, se proclama con orgullo como el más importante de los museos de escultura policromada de Europa. Y es cierto que su visita se disfruta con mucho goce sea cual sea la sensibilidad de cada cual. La gran recomendación es que, para aprovechar la visita, hay que dedicarle su tiempo. Es decir, al menos un par de horas que, por otro lado, pasan volando.
El colegio de San Gregorio, donde reside la mayor parte del fondo, fue una importante fundación impulsada directamente por el obispo fray Alonso de Burgos en el año 1487, notable personaje de su tiempo cuya proximidad con los Reyes Católicos -llegó a ser confesor de Isabel la Católica-, le facilitó el desarrollo de muchos de sus proyectos.
El núcleo principal del museo corresponde a un magnífico conjunto de escultura religiosa española de los siglos XIII al XVIII, fundamentalmente realizada en madera. En él se recogen algunas de las obras maestras que salieron de los talleres vallisoletanos del Renacimiento y el Barroco, especialmente representados por las figuras de Alonso Berruguete, Juan de Juni y Gregorio Fernández. En el recorrido por los diferentes espacios destacan por su envergadura y la capacidad de despertar emoción obras como el Entierro de Cristo, de Juan de Juni, o el Cristo yacente y La Piedad, de Gregorio Fernández. Sin embargo, el interés de la visita va mucho allá de este periodo y estos artistas, ofreciendo la impagable contemplación de conjuntos como el del retablo mayor y sillería del coro de San Benito el Real, Calvarios, Vírgenes y un sin fin de obras de autores como Felipe Vigarny, Diego de Siloé, Pedro de Mena, Pedro de Sierra, Alonso Cano o Juan Alonso Villabrille.
Y todo ello sin olvidarse de tres colecciones excepcionales:
- Toros y toreros, una singular colección de pequeñas figuras de madera probablemente encargadas por el monarca Carlos IV. Estas veintisiete figuras se agrupan en diferentes escenas relacionadas con los festejos taurinos que tenían lugar a finales del siglo XVIII.
- Belén napolitano. La tradición belenística napolitana, que alcanza su momento cumbre en el siglo XVIII, ofrece un bellísimo ejemplo el museo a través de un Nacimiento compuesto por 620 figuras reunidas a lo largo de los años por la familia García de Castro. La verosimilitud de las escenas, ambientación y virtuosismo que componen este conjunto de pequeñas piezas es digna de todo el asombro y atención.
- Los pasos del museo. En un espacio aparte, en la zona posterior de la Casa del Sol y San Benito el Viejo, el museo custodia y exhibe durante todo el año un grupo importante de los pasos procesionales que desfilan durante la Semana Santa vallisoletana. Con muchas de sus figuras realizadas por los grandes imagineros castellanos del siglo XVII, especialmente Gregorio Fernández, ofrecen una oportunidad inmejorable para una contemplación detallada.
Datos prácticos
Cadenas de San Gregorio / Tel. 983 25 03 75/ museoescultura.mcu.es / HORARIO: martes a sabado, de 10 a 14 h. y de 16 a 19.30 h., domingos y festivos: de 10 a 14 h .
03 LA ANTIGUA.
La iglesia de Santa María de la Antigua es, además de una auténtica joya del Valladolid más antiguo, uno de sus principales y más reconocibles iconos. No en vano explicar sus orígenes es remontarse al propio fundador de la ciudad, el conde Don Pedro Ansúrez que aquí mismo, en la cuesta que une la calle de las Angustias con la plaza de la Universidad, tendría su casa-palacio. Un lugar noble y algo elevado sobre el resto de la población que en aquel entonces extendería su trazado más hacia las riberas del Pisuerga. MÁS INFORMACIÓN.
04 LA PLAZA MAYOR.
En sus orígenes, no era más que un espacio caótico dedicado al mercado en las afueras de la ciudad. Pero en 1561 todo el centro de la ciudad sufrió un devastador incendio y Felipe II decidió aprovechar la ocasión para empezar de cero: de aquella remodelación urbanística ejemplar surgió una plaza Mayor que sirvió de modelo para otras como las de Salamanca y Madrid y varias más en América.
A ella se asoma el edificio del Ayuntamiento, inaugurado en 1908. En el interior destaca la decoración de su zona noble, en especial su gran escalera principal y el Salón de Recepciones, cuya decoración se mantiene intacta desde el momento de su inauguración. Frente a él, la desaparición del convento de San Francisco dejó hueco para otra construcción de ese siglo: el Teatro de Zorrilla, inaugurado en 1884. Y en el centro, la estatua del conde Ansúrez fue realizada en 1903 por el escultor Aurelio Rodríguez Carretero.
En su entorno -calle Correos, Campanas, plaza de Martí y Monsó…- se localizan los principales lugares de tapeo de la ciudad.
05 CATEDRAL.
El entorno catedralicio conforma el otro cogollo monumental de Valladolid. El origen de la catedral está en una anterior colegiata ligada a la propia fundación de la ciudad. Sobre las piedras de esta, y a lo largo de muchos siglos, se fue levantando la seo al tiempo que se desmontaba lo anterior. El resultado es un edificio incompleto que lleva en sus trazas la impronta de Juan de Herrera. Merece mucho la pena el Museo Diocesano ubicado en su interior, ocupando los pocos restos que quedan de la anterior colegiata. También las espectaculares vistas que se disfrutan desde lo alto de la torre, a 70 metros de altura. Se llega por un ascensor interior. Las entradas se sacan en el Museo Diocesano o la Oficina de Turismo. Cierra los lunes.
Datos prácticos
Museo diocesano: WEB
06 UNIVERSIDAD Y SANTA CRUZ.
En torno a la catedral se alzan monumentos de talla como la iglesia de La Antigua, ligada al fundador de la ciudad, el conde Ansúrez, o, por el otro lado, la Universidad. Su fachada es un excelente ejemplo de arquitectura civil barroca. La calle de la Librería conduce hasta el palacio de Santa Cruz. Está considerado el primer edificio renacentista levantado en España y su patio es un hermoso claustro de tres alturas. En el primero piso alberga una valiosa biblioteca histórica a la que es posible asomarse en cualquier momento gracias a una instalación de metacrilato que deja ver el interior.
07 EL CAMPO GRANDE.
El gran espacio verde de Valladolid, auténtica seña de identidad, ocupa una superficie de 115.000 m2. Tiene a sus espaldas una dilatada historia que ha corrido pareja a los avatares urbanísticos de la ciudad casi desde su fundación, aunque es en 1879 cuando este espacio comienza a cobrar el aire de jardín romántico que perdura hasta nuestros días. De esa época datan muchos de los árboles que conforman hoy su fronda, una de cuyas características principales es la gran variedad de especies.
En su entorno se localizan lugares destacados de la ciudad, como la acera de Recoletos, con algunas de las mejores fachadas modernistas de la ciudad o la plaza de Zorrilla, con una estatua del poeta y el monumental edificio de la Academia de Caballería.
08 CASA DE CERVANTES.
El traslado de la Corte de Madrid a Valladolid en 1601 provocó la instalación aquí de todo el aparato administrativo del Estado. Al rebufo de aquella marea, don Miguel de Cervantes aterrizó en Valladolid en 1604 para quedarse a vivir en ella el tiempo que hiciera falta. En concreto hasta que en 1606 la Corte regresa de nuevo a Madrid. El escritor seguía la estela de una Corte recién instalada en la ciudad con el propósito de resolver en la Chancillería la acusación que se le hacía de haberse quedado con fondos públicos procedentes de su oficio como recaudador.
La visita a este museo permite el recorrido por el edificio en el que habitaron Cervantes y su familia. Aunque ha sufrido reformas desde entonces, conserva elementos originales, como la escalera, por ejemplo. Pero sobre todo, lo que conserva es el sabor de un momento y una época, la del escritor, muy lograda gracias a la presencia de muebles y enseres que, aunque no pertenecieron a don Miguel, son un fiel reflejo de cómo estuvo organizada la casa y la vida en aquel momento. MÁS INFORMACIÓN.
Datos prácticos
C/Rastro s/n. Tel. 983 30 88 10. WEB: museocasacervantes.mcu.es.
09 SAN BENITO.
Junto a San Pablo, la colegiata y la Universidad, éste es uno los edificios fundamentales en la historia de Valladolid. Se levanta sobre los restos del primer alcázar con que contó la ciudad, erigido por Juan I, y del que se descubren sus únicos restos visibles asomando en la acera que bordea el monasterio por la plaza del Poniente. Las dimensiones del complejo monacal son fiel reflejo de su poderío e influencia y hoy mismo continúan ocupando una gigantesca manzana en el centro histórico de la ciudad, si bien sus dependencias están dedicadas a muy distintos propósitos.
10 EL MUSEO ORIENTAL.
Otro tan sobresaliente en su género como el Museo Nacional de Escultura. Su colección es la más importante muestra de arte oriental de toda la península Ibérica. Lo encontramos ubicado en el interior del Real Colegio de los Agustinos-Filipinos.
El origen más remoto del museo, abierto en 1874, está en la necesidad de familiarizar a los jóvenes misioneros que se preparaban para realizar tareas de apostolado en tan lejanos horizontes. La gran distancia cultural con aquellas tierras o el desconocimiento de costumbres y lengua, hicieron pensar que un primer acercamiento podía venir del contacto con los diferentes objetos y piezas de arte traídas de allí por otros misioneros. Así, la recopilación de la gran cantidad de piezas que se exhiben, cerca del millar, es el fruto del continuo intercambio cultural establecido entre las poblaciones autóctonas y los misioneros que, a su vez, también intercambiaban regalos y objetos llevados desde aquí. La muestra está organizada en un largo recorrido por 18 salas dedicadas a China, Filipinas y Japón. A lo largo de sus numerosas vitrinas se entra en contacto con armas ancestrales, espadas, estatuillas de bronce, bellos esmaltes, muestras de cerámica popular funeraria, bellísimos ejemplos de porcelanas ornamentales, piezas lacadas -pintadas y talladas-, esculturas realizadas en jade o marfil, lanzas, armaduras, adornos, bordados de Manila y una destacable selección de marfiles hispano-filipinos. MÁS INFORMACIÓN.
Datos prácticos
Paseo Filipinos, 7. La iglesia de San Agustín se visita en horario de culto. Museo Oriental: tel. 983 30 68 00. Horario: lunes-sábado, 16.00- 19.00 horas; domingo y festivo, 10.00-14.00 horas. www.museo-oriental.es.
MAPA
DÓNDE DORMIR
(esto no tiene ninguna repercusión para ti en el precio).
Excelente artículo. Valladolid es un verdadero tesoro en España, con su increíble patrimonio arquitectónico, incluyendo la Catedral y la Plaza Mayor.
Muchas gracias.
Enhorabuena por la página. Simplemente comentar que la fachada de San Pablo no es uniforme. Tiene una parte de estilo gótico isabelino o gótico tardío, y otra parte renacentista. Esta última ampliación se debe al Duque de Lerma, y coincide con la parte superior de la fachada, salvo el remate superior del frontón.