Diez pozas y piscinas naturales para refrescarse en La Vera (Cáceres)

Garganta de Alardos. Zonas de Baño. Localidad de Madrigal de la Vera. Comarca de la Vera. Cáceres. Extremadura. España. © Javier Prieto Gallego
Garganta de Alardos. Zonas de Baño. Localidad de Madrigal de la Vera. Comarca de la Vera. Cáceres. Extremadura. España. © Javier Prieto Gallego
La carretera EX-203 sirve de hilo conductor en este viaje plagado de paradas para disfrutar de las pozas de agua fresca que se esconden en las gargantas serranas de La Vera. Aquí, el plan no es solo recorrer pueblos serranos de postal o saborear un pimentón con denominación de origen: el plan es empaparse, literalmente, de un territorio que bendice a los valientes con baños de agua tan fría que te dejan tiritando hasta en lo más profundo de una ola de calor. Mochila ligera, toalla al hombro, sandalias con suela de goma y ganas de mojarse. El resto lo pone La Vera.

Un verano al fresco en la pozas serranas de La Vera

Texto y fotos: JAVIER PRIETO GALLEGO

Si fuera un juego de mesa este viaje sería un no parar de chanclas y toallas yendo de poza en poza y tirando para que te refresque la corriente. Siempre con cuidado, claro. Porque la gracia de este viaje está en disfrutar sin percances de las aguas frescas –incluso heladas- que bajan como locas por cada una de las 45 gargantas naturales (hay quien las ha contado) abiertas en las laderas meridionales de la Sierra de Gredos, en la esquina noroccidental de la provincia de Cáceres. Estamos hablando de la comarca de La Vera, bien conocida por su colección de poblaciones con rasgos arquitectónicos genuinos y bien conservados; por un pimentón del que hacen bandera en cada uno de sus balcones; por ser el lugar que escogió para su jubilación voluntaria el emperador Carlos I -el hombre más poderoso de su tiempo- cuando quiso retirarse del mundo y, cuando llega el verano, también por poseer una colección de pozas, charcos, chorreras, saltos de agua y piscinas naturales que para sí quisieran en el cielo de los anfibios y los pececillos de río.

De hecho, son tantos los rincones abiertos entre los canchales por esas aguas saltarinas que aquí vamos a limitarnos solo a indicar dónde encontrar algunos de los más señalados. En concreto, los que pillan más a mano si tomamos la EX-203, que recorre la comarca de lado a lado y nos sirve, en este caso, como refrescante hilo conductor en el que ir hilvanado ese reguero de pozas preciosas, pueblos con encanto y bañeras naturales que hacen de La Vera un auténtico paraíso también para disfrutar en verano. Seguro que algo de eso ya sabía, a mediados del siglo XVI, el bien informado Carlos I.

Garganta de Alardos. Zonas de Baño. Localidad de Madrigal de la Vera. Comarca de la Vera. Cáceres. Extremadura. España. © Javier Prieto Gallego

Y empezamos a lo grande, por el costado oriental de la comarca en el punto en el que la carretera que llega de Candeleda se convierte en la EX-203. Ahí, haciendo frontera entre las provincias de Ávila y Cáceres, unos metros antes de alcanzar la localidad de Madrigal de la Vera, se abre el corto desvío que lleva hasta la garganta de Alardos, una de las piscinas más espectaculares –y concurridas- de toda la comarca. También una de las más bonitas gracias al bello puente, rehecho en el siglo XVIII sobre otro romano, que desde 16 metros de altura preside este represamiento de aguas turquesas bien servido de chiringuitos y servicios, parking… Y si nos da por remontar la corriente cual salmones de verano podemos ir mojando el bañador en los charcos de el Cardenillo, el Negro, La Paloma o el Rubioso por citarte solo unos cuantos de los que se localizan aguas arriba.

Arquitectura tradicional. Plaza Mayor. Localidad de Valverde de la Vera. Comarca de la Vera. Cáceres. Extremadura. España. © Javier Prieto Gallego
Arquitectura tradicional. Plaza Mayor. Localidad de Valverde de la Vera. Comarca de la Vera. Cáceres. Extremadura. España. © Javier Prieto Gallego

Un desvío a la derecha un poco antes de alcanzar Villanueva de la Vera indica hacia la Garganta de Gualtaminos. Nada más tomarlo aparece la piscina natural de esta localidad. Tan piscina que hasta tiene las paredes pintadas de azul piscina y el suelo encementado para meterse sin chanclas. Y tan natural que el agua que queda entre medias es la propia del Gualtaminos que por aquí pasa en su camino hacia el Tiétar.

Pero el rincón fluvial más famoso de Villanueva es el Salto –o Charco- del Diablo, una cascada que sorprende tanto por la caída de agua como por las vistas del Tiétar que regala. Se accede desde un aparcamiento que queda a la izquierda nada más pasar la garganta. Lo mejor es dejar ahí el coche y bajar la rampa encementada que conduce hasta el salto.

Villanueva es uno de esos pueblos de La Vera que puede presumir de palmito. Es decir, de una arquitectura tradicional bien conservada que merece también degustarse con calma. Resulta evidente en su hermosa plaza Mayor, desde donde emprender el paseo por las calles Corona, Chorrillo, Los Castaños o el Barrio.

Garganta de Cuartos. Zona de Baño. Localidad de Viandar de la Vera. Comarca de la Vera. Cáceres. Extremadura. España. © Javier Prieto Gallego
Garganta de Cuartos. Zona de Baño. Localidad de Viandar de la Vera. Comarca de la Vera. Cáceres. Extremadura. España. © Javier Prieto Gallego

Antes del siguiente baño, otro alto merece la pena Valverde, repleta de hermosos rincones y famosa por sus empalaos de Semana Santa. Pero la EX-203 es insaciable en su repertorio de pozas y un poco antes de alcanzar Losar nos aguarda ya otra de sus pozas estrella: la de la Garganta de Cuartos, tras la de Alardos una de las más caudalosas de La Vera. Y también, como aquella, aparece presidida por un estiloso puente medieval. Ya en la travesía de Losar, al inicio de una curva muy marcada, aparece hacia la derecha la señal Garganta Vadillo. Es el estrecho carril que conduce hasta las estupendas piscinas naturales de la localidad. Tan piscina –o más- y tan natural como la que vimos en Villanueva.

Patio del castillo de Oropesa. Parador de Turismo. Localidad de Jarandilla de la Vera. Comarca de la Vera. Cáceres. Extremadura. España. © Javier Prieto Gallego
Patio del castillo de Oropesa. Parador de Turismo. Localidad de Jarandilla de la Vera. Comarca de la Vera. Cáceres. Extremadura. España. © Javier Prieto Gallego
Iglesia fortaleza de Nuestra Señora de la Torre. Plaza Mayor convertida en coso taurino durante la celebración de sus fiestas. Localidad de Jarandilla de la Vera. Comarca de la Vera. Cáceres. Extremadura. España. © Javier Prieto Gallego
Iglesia fortaleza de Nuestra Señora de la Torre. Plaza Mayor convertida en coso taurino durante la celebración de sus fiestas. Localidad de Jarandilla de la Vera. Comarca de la Vera. Cáceres. Extremadura. España. © Javier Prieto Gallego

En Jarandilla, con Parador de Turismo en el castillo de Oropesa, el baño que apetece es el que puede uno darse junto al Puente Parral. De nuevo un puente medieval preside el chapuzón. Poco después de dejar atrás Jarandilla la propia EX-203 pasa sobre la zona de baño del puente de la Serradilla.

Justo antes de pasar el viaducto, a la entrada de Aldenueva, un desvío señalizado conduce hasta la espaciosa y magnífica piscina natural de San Gregorio, a la que puede que le encajase mejor el nombre de piscina del Carpe Diem: un rincón delicioso con mucho césped, mucha sombra y chiringuitos bien servidos al que se asoman desde lo alto los nichos del cementerio local.

Pimientos secándose al sol. Arquitectura tradicional. Plaza Mayor. Localidad de Cuacos de Yuste. Comarca de la Vera. Cáceres. Extremadura. España. © Javier Prieto Gallego
Pimientos secándose al sol. Arquitectura tradicional. Plaza Mayor. Localidad de Cuacos de Yuste. Comarca de la Vera. Cáceres. Extremadura. España. © Javier Prieto Gallego

Y rematamos este viaje de salpicones y pueblos pintorescos por todo alto. Primero, parada en Cuacos de Yuste –hermosísima localidad- y su monasterio de Yuste–morada final del ínclito emperador-. Y traca final en la piscina natural del Lago. Con desvío señalizado a mitad de camino entre Cuacos y Jaraíz se presenta como un auténtico remanso playero en mitad de la sierra,  con arena, sombrillas de paja, restaurantes, zonas de diferente profundidad y hasta espacio para nadar. Muy cerquita, aguas abajo se llega en cinco minutos hasta el charco de Las Tablas, también muy apetecible pero de dimensiones mucho más modestas.


10 POZAS Y PISCINAS NATURALES EN LA VERA (CÁCERES)


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