Es el momento de… los campos de colza en flor

Imagen aérea. Campos de colza en flor. España. © Javier Prieto Gallego / PHOTOSERVICES
Imagen aérea. Campos de colza en flor. España. © Javier Prieto Gallego / PHOTOSERVICES
El espectáculo de la colza en flor no tiene el glamour de los cerezos o la lavanda pero tiene tanta fuerza o más en un paisaje de contornos suaves como los de Tierra de Campos o Torozos. Salir a buscar esos parches de amarillo chillón, que solo lucen durante unas pocas semanas al año, es una excusa como otra cualquiera para disfrutar de caminos y aire libre.
Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO

No hay que irse a la Provenza ni a Japón para ver estallidos de color en primavera. Ni tampoco al Jerte, a los piornos en flor de Gredos o a las lavandas de Guadalajara. En esta precisa época del año, y según del lugar en el que vivas, puede que te baste con salir por una carretera secundaria de Castilla y León y encontrarte de repente con un retal amarillo parcheando un paisaje que normalmente es de color verde o marrón. Y hay rincones llenos de remiendos. Eso sí, hay que tener un poco de suerte, o al menos paciencia. Porque la colza —ese cultivo de flor amarilla que cubre los campos como si alguien hubiera volcado un bote de témpera— no se deja encontrar fácilmente. No todos los años florece en los mismos sitios. Ni siquiera en los mismos pueblos. Hay que salir a su encuentro.

Lo bueno es que buscarla tiene premio.

Imagen aérea. Campos de colza en flor. España. © Javier Prieto Gallego / PHOTOSERVICES

Qué es la colza (más allá del escándalo de los 80)

Empecemos por aclarar conceptos. La colza es una planta de la familia de las crucíferas (sí, como la col o el brócoli), que se cultiva sobre todo para obtener aceite. Su nombre arrastra un sambenito en España por culpa del escándalo del aceite adulterado de los años 80, pero lo cierto es que no tiene culpa de nada. Hoy en día, es un cultivo común en buena parte de Europa y cada vez más presente en Castilla y León. Especialmente en provincias como Palencia, Valladolid o Salamanca.

Pero aquí no estamos para hablar de su rentabilidad agrícola, sino de su fotogenia.

Imagen aérea. Campos de colza en flor. España. © Javier Prieto Gallego / PHOTOSERVICES

El Cerrato se tiñe de oro (por unos días)

Colza. Valle del Esgueva. Olmos de Esgueva. Primavera. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego.
Colza. Valle del Esgueva. Olmos de Esgueva. Primavera. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego.

Sitios hay muchos y están desperdigados pero si tuviera que elegir un escenario para ver campos de colza en flor en todo su esplendor, el Cerrato palentino sería un buen candidato. Allí, entre lomas suaves, caminos de tierra y trigales aún verdes, la colza aparece como una llamarada amarilla. No se anuncia, no se promociona, no siempre está. Pero cuando está, es imposible no verla.

Y aquí viene el matiz importante: no hay un mapa fiable. Lo que el año pasado era una explosión de color puede este año ser barbecho. O cebada. Los agricultores rotan cultivos, y eso hace que la localización de los campos de colza cambie cada temporada. Así que, más que planificar, hay que explorar.

Colza. Valle del Esgueva. Sendero Verde. Villarmentero de Esgueva. Primavera. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego.

Cómo buscar (y encontrar) campos de colza

La receta es sencilla: elegir una comarca donde suela aparecer (el Cerrato, Tierra de Campos, La Armuña…) y lanzarse a los caminos secundarios. Esas carreteras comarcales con más curvas que tráfico. Mejor aún si se toma alguna pista agrícola. No hay pérdida: si ves un campo amarillo al fondo, tira hacia él. Si no lo ves, sigue buscando. Recuerda que el viaje en sí es la recompensa. La foto que lo va a petar en tus redes, el premio gordo.

Algunas rutas que suelen dar buen resultado:

  • Entre Baltanás y Antigüedad (Palencia), pasando por Torquemada.
  • Los Montes Torozos (Valladolid, Palencia, León)
  • El valle del Esgueva (Valladolid, Burgos).
  • Alrededores de Ampudia y Valoria del Alcor (Valladolid).
  • Zonas altas de la Armuña, entre Monterrubio de Armuña y Castellanos de Villiquera (Salamanca).

Eso sí, cuidado con meterse hasta el cuello en caminos de barro. La primavera es traicionera. Y no todas las pistas están pensadas para turismos bajos.

Colza. Valle del Esgueva. Olmos de Esgueva. Primavera. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego.

Cuándo ir

La floración de la colza suele alcanzar su punto álgido entre mediados de abril y principios de mayo. No dura mucho: un par de semanas como mucho. A partir de ahí, las flores se marchitan y el paisaje vuelve al verde ocre habitual. Así que si estás leyendo esto ahora, sal pitando.

Por qué merece la pena (más allá de la foto)

Ver un campo de colza en flor es una experiencia más sensorial que fotográfica. Sí, la imagen es impactante, pero también lo es el olor suave que desprenden las flores, el zumbido de los insectos, la sensación de estar viendo algo que solo ocurre una vez al año. Y que no dura.

Imagen aérea. Campos de colza en flor. España. © Javier Prieto Gallego / PHOTOSERVICES

Un consejo final: no esperes monumentos

Este viaje no va de visitar pueblos con castillo, ni de tapear por la capital. Es más de bocadillo y fiambrera. Aquí lo que manda es el paisaje. A lo sumo, un molino en ruinas. Un arroyo que serpentea entre árboles solitarios. Pero a cambio, te llevas una estampa inesperada, la sensación de haber descubierto algo que no aparece en ninguna guía. Y, con suerte, una foto en la que el amarillo no necesita filtros.

Y, hablando de filtros, no te pases. Los campos de colza en flor por si solos se bastan y sobran para componer una fotografía explosiva. El amarillo, sobre todo al atardecer, ya aparece lo suficientemente chillón como para que le añadas saturación, brillo o contraste. Si te pasas, lo que podía quedar como una estupenda fotografía de paisaje, con el atractivo contraste verde los los campos circundantes, puede parecerse más a una paella valenciana que a un bello rincón del campo en su mejor momento.

Y otro consejo: juega con las geometrías y el contraste de colores. La forma de los campos de cultivo son caprichosas y a veces te sorprenden con una construcción en medio, un soto, un pinar, un camino rectilíneo… En encontrarlos y componer una buena imagen consiste el juego.

Imagen aérea. Campos de colza en flor. Valladolid. España. © Javier Prieto Gallego / PHOTOSERVICES

Y tú, ¿qué rincones recomiendas? ¿hay alguna zona que nunca te falla?


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