Las Médulas (León)

Restos de la explotación minera romana de Las Médulas vistos desde el Mirador de Orellán. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;
Restos de la explotación minera romana de Las Médulas vistos desde el Mirador de Orellán. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;
El paraje de Las Médulas es todo un monumento a la obstinación y ambición humana. Fue el mayor yacimiento de oro del Imperio Romano y aún hoy asombra el alarde tecnológico que hizo falta para su explotación. Un pequeño sendero recorre el interior de este lugar, que es Patrimonio de la Humanidad. Te cuento muchas más cosas en este reportaje.

VIAJE AL PAÍS DEL ORO

Un paisaje de fantasías y ambición en el corazón de El Bierzo

© Texto, fotografía y vídeo: Javier Prieto Gallego
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Roma necesitó miles de hombres y destruir montañas enteras para extraer el oro que contenían. Hoy, el caótico paisaje de Las Médulas aún da cuenta de la magnitud de aquella alocada fiebre de barro, de sangre y de ambición.

Los romanos eran un pueblo testarudo. Y muy muy ingenioso. Dejaron constancia de ambas cosas allá por donde anduvieron en todo el tiempo que duró su poder imperial. Y tenemos una prueba bien palpable de ello en el corazón de El Bierzo. Allí, en torno al primer siglo de nuestra Era, la maquinaria civil y militar romana puso en funcionamiento la mayor explotación minera de oro a cielo abierto de todo su imperio.

El motivo de tanto empeño no fue otro que alimentar un sistema monetario puesto en marcha por Augusto basado, precisamente, en el oro, y una moneda, el áureo, que impusieron como patrón en todo el Mediterráneo. A lo largo de los siglos I y II, el oro simbolizó para los romanos poder y riqueza. Su exhibición era una manera de afirmar la hegemonía de un imperio que parecía imposible de derribar. Y poseerlo en grandes cantidades se convirtió, sin duda, en una de sus mayores necesidades.

Además de todo lo señalado, los romanos eran también muy buenos observadores de la realidad de los territorios que conquistaban y unos grandes prospectores mineros. Por eso no pasó desapercibido para ellos, en el transcurso de su conquista hispana, la gran cantidad de pequeños yacimientos de oro que ya venían explotando por su cuenta muchos de los pueblos indígenas del noroeste peninsular.  Hay quien señala, incluso, que el empeño puesto por Roma para el sometimiento de pueblos obstinadamente rebeldes a la conquista, como los cántabros y astures, tiene mucho que ver con la ambición de hacerse con sus yacimientos y alimentar así una necesidad de oro que acabó por convertirse en una obsesión.

Aula Arqueológica de Las Médulas. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;
Aula Arqueológica de Las Médulas. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;

Entre aquellos yacimientos, el mayor de todos los conocidos por Roma hasta entonces, estaba el de Las Médulas. Pero en él, además de oro, se encontraron con el enorme reto de extraerlo. Y es ahí donde los ingenieros romanos demostraron una enorme capacidad para aportar soluciones imaginativas a un problema que, en principio, parecía de difícil solución.

Y es que el oro de Las Médulas se encuentra en forma de diminutas partículas mezclado entre toneladas de arcillas rojas, gravas, limos y arenas. Nada de filones ni vetas en los que tirar de pico y pala para sacarlo en capazos. Y de tal forma mezclado con la tierra que se estima en unos 50 miligramos de oro por cada metro cúbico de tierra removida. Como mucho. Es decir, tras doscientos años de explotación, que fue el tiempo en que Las Médulas interesó a los romanos, y después de remover noventa y tres millones y medio de metros cúbicos de tierra se estima que los romanos pudieron sacar de aquí entre 4,5 y 5 toneladas de oro. Un rendimiento a todas luces insuficiente si no fuera por dos razones: una, que tenían que fabricar monedas de oro fuera cual fuera su coste; y dos, que disponían de una cantidad ingente de mano de obra a su disposición para hacerlo.

Es decir, las minas de oro del noroeste peninsular no se explotaron por su valor comercial y sí por su valor estratégico como sostenedoras del sistema monetario. Cuando a principios del siglo III el imperio entró en crisis y la moneda perdió su valor, el interés de los romanos por todas estas minas se esfumó para siempre. De hecho, a pesar de que el yacimiento de Las Médulas sigue conteniendo oro en las misma proporciones que lo tenía entonces, la dificultad por extraerlo es tan alta y la recompensa tan baja que nunca nadie más ha pensado en continuar con su explotación comercial. Ayer, igual que hoy, no dejaría de ser un ruinoso proyecto de locos.

Galería de la Cuevona. Visita guiada a los restos de la explotación minera romana de Las Médulas. Sendero de las Valiñas. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;
Galería de la Cuevona. Visita guiada a los restos de la explotación minera romana de Las Médulas. Sendero de las Valiñas. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;

Tierra removida

Toneladas de tierra removida en un alucinante paisaje de rojo y verde, de estalagmitas gigantes que se elevan al cielo como acusadores dedos mitológicos que delataran culpables. Eso son Las Médulas hoy. Aún sabiendo que este paisaje caótico fue totalmente originado por la mano transformadora del hombre, resulta difícil asimilar el extraordinario alarde tecnológico que hizo falta para convertir esta zona del noroeste peninsular en el más importante enclave de extracción aurífera del Imperio Romano. Las cifras, aunque nunca hablan por sí solas, pueden ayudar a situarnos ante tan magnífico paisaje: según cálculos realizados sobre estas excavaciones es muy probable que lo que hoy contemplamos fuera el fruto del trabajo directo de 7.800 hombres (esclavos y libres) excavando directamente la tierra. Alrededor de ellos podrían haberse movido 3.000 hombres más en funciones de avituallamiento, dirección y vigilancia. En total cerca de 11.000 almas ocupadas de forma tenaz y obsesiva en remover toneladas y toneladas de tierra rojiza con el único afán de separar el oro del barro.

Restos de la explotación minera romana de Las Médulas. Sendero de las Valiñas. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;
Restos de la explotación minera romana de Las Médulas. Sendero de las Valiñas. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;

Pero si las cifras pueden ayudarnos a imaginar este enclave como un auténtico hormiguero humano, es fundamental tener en cuenta el complicado sistema hidráulico que los ingenieros romanos utilizaron para despedazar la gigantesca montaña que aquí habría, y dejar a la intemperie, tal como hoy la vemos, su más profunda intimidad.

La idea básica del complejo proceso extractivo consistía en provocar la destrucción progresiva de la montaña a base de proyectar hacia su interior verdaderos chorros de agua a presión. Para ello los ingenieros romanos trazaron un auténtico laberinto de canales y túneles con el objetivo de recoger, embalsar y dirigir el agua hacia aquellos lugares de la montaña que se pretendía derribar. Más tarde, una vez provocado el derrumbamiento, el agua corría, arrastrando con ella un auténtico lodazal de piedras y barro, hacia embalses situados en un nivel inferior para allí, una vez calmada y sosegada, ir extrayendo el preciado metal que tanto necesitaba el Imperio para mantener las guerras que se llevaban a cabo en otros lugares.

Restos de la explotación minera romana de Las Médulas vistos desde el Mirador de Orellán. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;
Restos de la explotación minera romana de Las Médulas vistos desde el Mirador de Orellán. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;

Asombro causa también descubrir la importante obra de ingeniería que suponen los más de 300 kilómetros de canalización construida todo a lo largo de los cercanos Montes Aquilanos. Con el objeto de recoger la ingente cantidad de agua necesaria para llevar a cabo sus planes, los ingenieros proyectaron una amplia de red de acueductos y canales, muchos de ellos excavados directamente sobre la roca, que pudiera recoger el agua de arroyos, fuentes, ríos y nieve para dirigirla con la fuerza necesaria hacia los lugares donde se encontraba el oro.

El mirador de Orellán

La mejor forma de percibir la magnitud de lo que los romanos hicieron con Las Médulas es desde el mirador de Orellán. Y aún así no resulta fácil descubrir cómo si uno no pasa después por el Aula de Arqueología ubicado en la entrada de la localidad de Las Médulas.

Es entonces cuando se empieza mínimamente a comprender que el enclave de Las Médulas es solo el núcleo central de una explotación a cielo abierto que dejó rastros en medio Bierzo. Es entonces cuando se comienza a percibir la enorme locura que debió de suponer para los indígenas lo que los romanos estaban dispuestos a hacer para quedarse con el oro que ellos venían extrayendo del lecho de los ríos: disolver la montaña sobre la que vivían, literalmente. Dicho en latín: «ruinae montium». Es decir, reventar desde dentro los montes para buscar luego el oro que llevaba la mezcla de agua, barro y vegetación.

Eso es lo que se ve desde el mirador: los restos de aquella montaña reventada a base de acumular agua en la zona superior de la cordillera y lanzarla en trombas por la red de túneles que sus trabajadores excavaban sin salir de ellos durante meses. Desde el propio mirador es posible adentrarse en una de aquellas galerías -3 euros- que finaliza en el corte vertical de la montaña y transitar unos pocos metros por otro corredor en el que se perciben las marcas de los picos de los excavadores.

Viejos castaños entre los restos de la explotación minera romana de Las Médulas. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;
Viejos castaños entre los restos de la explotación minera romana de Las Médulas. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;

Senda de las Valiñas

Pero sin duda, la comunión más íntima con este espacio y lo que supuso se tiene en el recorrido de los varios itinerarios señalizados que pueden hacerse por el interior de este espacio natural y todos aportan nuevas perspectivas e información sobre cómo se acometió la explotación minera. De todos ellos, el circuito básico, parte de cual se puede recorrer con las visitas guiadas que arrancan del Centro de Recepción de Visitantes, es el conocido como Senda de las Valiñas.

Restos de la explotación minera romana de Las Médulas. Sendero de las Valiñas. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;
Restos de la explotación minera romana de Las Médulas. Sendero de las Valiñas. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;

El inicio de este corto circuito, que alcanza hasta dos puntos emblemáticos de Las Médulas, la Cuevona y la Encantada, se localiza unos metros más arriba del Centro de Recepción de Visitantes. Ahí aparece señalizado, hacia la izquierda, el sendero, con suelo de cemento en los primeros metros, que se encamina hacia las paredes y picachos rojizos que ya despuntan entre los castaños. El ramal que sigue de frente, y que tiene una barrera que impide el paso de vehículos, será el que se utilice para regresar.

A 500 metros de ese inicio se localiza el desvío hacia la izquierda que hay que coger para llegar, en otros 600 metros y en ligero ascenso, hasta los restos de túneles y galerías de minado que son las cavidades de la Encantada -hacia la izquierda- y la Cuevona -a la derecha-. Ambas cavidades son restos del sistema de minado utilizado por los romanos, túneles y galerías que quedaron abandonados y en los que la erosión natural ha seguido trabajando y propiciando derrumbes. Aunque se pueden entrar en ellos para curiosear es necesario tener mucha precaución pues podrían desprenderse piedras del techo.

El regreso al punto de partida del paseo se hace por la pista asfaltada que, entre imponentes castaños, va bordeando el enclave por su costado oriental.

Quien desee alargar el recorrido puede tomar, a algo más de un kilómetro de la Cuevona y junto a la Fuente de la Tía Viviana, el ramal que lleva en 900 metros y con una fuerte pendiente, hasta el Mirador de Orellán. Desde 1997 todo este paraje es, con toda la justicia del mundo, Patrimonio de la Humanidad.

Galería de la Encantada. Visita guiada a los restos de la explotación minera romana de Las Médulas. Sendero de las Valiñas. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;
alería de la Encantada. Visita guiada a los restos de la explotación minera romana de Las Médulas. Sendero de las Valiñas. Monumento Natural Las Médulas. El Bierzo. León. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego;

EN MARCHA. Desde León se puede llegar por la autovía A-6 en dirección a La Coruña. Después de Ponferrada hay que tomar la salida 400 hacia Toral de los Vados. Por la N-120 se continúa hasta pasar la gasolinera de La Barosa. Ahí surge el desvío -CV-191-4- hacia Carucedo. Tras pasar la localidad de Lago de Carucedo se sale a la N-536 que se toma hacia la izquierda. Junto al campo de fútbol y muy cerca del lago se ubica la Casa del Monumento Natural de Las Médulas. Para acceder al enclave minero de Las Médulas hay que continuar por la N-536 hacia Ponferrada hasta llegar al desvío que surge por la derecha y a la altura de una farmacia. Cualquier visita a este enclave conviene comenzarla en la Casa del Monumento Natural de Las Médulas, ubicado junto al campo de fútbol de Carucedo (tel. 987 42 06 22; móvil 657 667 637). En Carucedo arranca el desvío hacia Orellán, donde se surge la carretera que lleva al mirador, y el pueblo de Las Médulas.

QUÉ MÁS. Otro interesante y fácil paseo a pie relacionado con la explotación minera romana es el que conduce desde la mitad del pueblo de Las Médulas por una pista de tierra hasta el Lago Somido. Son tres fáciles kilómetros salpicados por pequeñas lagunas, restos de los antiguos lavaderos de oro, que aparecen entre praderas e ingentes cantidades de cantos rodados (murias) procedentes de los derrumbes provocados por las trombas de agua.

AULA DE ARQUEOLOGÍA. Si es la primera vez que se visita el enclave es recomendable hacer el paseo por su interior de la mano de los guías del aula arqueológica (tels. 987 42 28 48; 987 40 19 54) que se encuentra a la entrada del pueblo de Las Médulas.

SENDA DE LAS VALIÑAS. Tipo de recorrido: Circular. Señalización: De pequeño recorrido señalizado como «Senda 2: Senda de las Valiñas». Inicio: El paseo arranca un poco más arriba del Centro de Recepción de Visitantes ubicado casi al final de la localidad de Las Médulas. Longitud: 3,5 km. Duración: 1 hora. Tipo de camino: Pistas y caminos. Desnivel: 127 m. Dificultad: Fácil. Se puede hacer con niños. Época recomendable: El otoño es el momento mágico de Las Médulas debido a que todo el espacio se halla densamente poblado de castañares. Cuando llega el momento de cambiar la hoja se produce un bello contraste entre el verde y amarillo de las hojas y el rojo intenso del suelo arcilloso que caracteriza el enclave. Observaciones: La castaña, su recogida y transformación, es el medio de vida para muchas familias de la zona. Todos los castaños tienen dueño y su fruto les pertenece. Por ello está prohibido coger de los árboles o el suelo las castañas que se vean. Aunque se puede entrar en las cuevas de la Cuevona y la Encantada existe el riesgo de que se desprendan del techo grandes bloques de tierra o piedras. Es imprescindible un buen calzado. Más información: Casa del Monumento Natural de Las Médulas: tel. 987 42 06 22; móvil 657 667 637. Emergencias: Tel. 112.

 
Senda de las Valiñas. Las Médulas. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Senda de las Valiñas. Las Médulas. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego



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Las Médulas. Reportaje publicado por Javier Prieto Gallego en el periódico EL NORTE DE CASTILLA.
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4 Comments

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  1. says: esther sanz perez

    Hola Javier!
    Enhorabuena por tu trabajo, me encantan todos tus reportajes.
    Quiero ir a las Médulas este otoño y no sé muy bien qué fín de semana elegir para disfrutar ya de los bonitos colores que nos brinda esta estación..¿Alguna recomendación?
    Por otra parte, tengo tres hijos de 12,10 y 8 años.
    Un saludo

    1. Hola Esther. Es un lugar espectacular para el otoño pero no resulta nada fácil predecir el momento concreto. El cambio de hoja depende de cosas como cuánto llueva o la temperatura que haga. Lo mejor es estar un poco atento pero a mediados de noviembre ya tiene que haber unos estupendo colores. Si vais a reservar alojamiento, recuerda que hacerlo en Booking.com a través de los enlaces del blog es una buena forma de colaborar conmigo. Saludos.