CÓMO SUBIR A PEÑA TREMAYA (Palencia)

Tremaya y San Juan de Redondo. Montaña Palentina. Palencia © Javier Prieto Gallego;
Tremaya y San Juan de Redondo. Montaña Palentina. Palencia © Javier Prieto Gallego;
Peña Tremaya es una montaña resultona, de subida fácil, no mucha altitud pero de muy largas vistas. No en vano en su reducida cumbre alberga una caseta de vigilancia de incendios y un cumplido repertorio de antenas varias. En este reportaje te cuento cómo llegar a su cumbre. Recuerda que reservar tus alojamientos a través de Siempre de Paso me ayuda generar contenidos para que los disfrutes.

UN FÁCIL PASEO HASTA ESTA ATALAYA NATURAL DE ESPLÉNDIDAS VISTAS

 © Texto y fotografías:  JAVIER PRIETO GALLEGO  

Hay picos, cumbres privilegiadas que, aún sin alturas de vértigo son capaces de ofrecer vistas de pasmo, al fin y al cabo una de las razones principales que incita a las criaturas humanas a trepar como cabras durante horas o días con el propósito consciente o inconsciente de ver el mundo desde arriba. Peña Tremaya, con sus 1.437 metros, es una de esas montañas bajitas, facilonas como pocas, pero que gozan del privilegio de unas vistas inigualables. En este caso, por si fuera ya poco el interés, sobre la también afortunada –al menos en lo paisajístico- comarca palentina de La Pernía, en el norte montañoso de esta provincia. Así es que con una corta caminata y sin pérdida posible, quien busque emociones fuertes para gozar con la vista tiene a su alcance el disfrute de una atalaya desde la que se divisa un largo puñado de pueblos, todos ellos hermosos y añejos; casi todo el ramillete de valles que forman la comarca y el electrizante telón de fondo que dibujan los Picos de Europa, tan al alcance de la mano que dan ganas de recortarlos con unas tijeras.

Caballos en la ascensión a Peña Tremaya. Montaña Palentina. Palencia. © Javier Prieto Gallego;

EL PASEO

Ascensión a Peña Tremaya. Los Llazos. Montaña Palentina. Palencia. © Javier Prieto Gallego;

Para llegar al inicio del paseo es necesario antes seguir en coche las aguas del Pisuerga a contracorriente. Por eso salimos de San Salvador de Cantamuda por la carretera que sube hacia Piedrasluengas para tomar, al poco, por la derecha, la que se interna en el Valle de Redondos. En todo este tramo la vista de Peña Tremaya es, desde el principio, inconfundible: picuda, solitaria y bien rejoneada por las antenas que sirven a los habitantes de estas tierras el necesario menú de ondas de radio, telefonía y televisión.

Tres kilómetros después del cruce llega el momento de aparcar en Tremaya. Y también de retroceder, ya andando, los trescientos metros que median, por la misma carretera que trajimos, hasta el puentecillo que permite cruzar al otro lado del infantil Pisuerga para comenzar de verdad el ascenso. Se sigue la pista más marcada y, en unos pocos metros, se alcanza un paso canadiense y un letrero que advierte de que el camino está poco indicado para los coches. Sin desvíos posibles se corona, en unos 45 minutos, el collado que antecede el tramo final de la subida, en una campas presididas por una particular casita de campo. Desde ella, con la cúspide y la antena a dos patadas, basta seguir las roderas que atraviesan la campa hacia el costado norte la peña. Por ese lado, a la altura de unas peculiares formaciones rocosas, hay que atravesar una valla, pinchuda para evitar que el ganado se descoyunte por los riscos, y continuar por la pista para, en dos revueltas más alcanzar el buscado mirador.

Como se acostumbra a decir en este tipo de paseos, la panorámica que se contempla desde arriba bien merece el sofocón -nada desdeñable- de la subida. Mucho más si se llega hasta la cima con unos buenos prismáticos. La panorámica, con los picos de Peña Labra (2.29 m), Tres Mares (2.149 m) y Cuchillón (2.174 m) cerrando por todo lo alto del Valle de Redondos, es impresionante. De hecho, la excelente visibilidad que ofrece de pueblos, valles y montañas, justifica su elección tanto para vigilar incendios como para repartir ondas.

Panorámica de la Montaña Palentina desde lo alto de Peña Tremaya. Los Llazos. Montaña Palentina. Palencia. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego;

Siluetas sobre nieve en la bajada de Peña Tremaya. Al fondo Areños. Montaña Palentina. Palencia.

Para el regreso, según apetezca, podríamos desandar lo andado hasta acabar de nuevo en Tremaya o bien optar por rodear la peña por su base y descender hasta la carretera a la altura del Molino Sopeña. Para esta segunda opción basta descender de la cima hasta las campas donde se sitúa la casa de campo y comenzar a rodear, hacia la derecha y justo por donde emerge del suelo, el macizo rocoso de Peña Tremaya. Siguiendo trochas de ganado, con la pared a la diestra, se desciende poco a poco hasta alcanzar molino y carretera. Para completar el cículo, basta seguir esta última hacia la derecha hasta llegar en 2 km a Tremaya.

Una vez finalizado, y como seguro que las panorámicas de las que hemos disfrutado en el paseo nos han abierto las ganas de más Montaña Palentina, podemos plantearnos continuar por la carretera hasta Santa María de Redondo, al final del valle, punto de arranque del paseo, este sí más ambicioso, que sube hasta el nacimiento del Pisuerga, en la catedralicia oquedad de Cueva del Cobre.

Cueva del Cobre. Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre - Montaña Palentina. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Cueva del Cobre. Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre - Montaña Palentina. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

O, ya de una manera más reposada, darnos un garbeo por la localidad de San Salvador de Cantamuda, corazón histórico de la comarca que alberga en uno de sus prados siempre verdes la joya arquitectónica de su iglesia. Hermoso velero de piedra anaranjada, perteneció a una antigua colegiata románica de finales del XII o principios del XIII. El pueblo, bien plantado, merece una visita más amplia, al menos hasta descubrir su buen rollo justiciero, sus casonas solariegas y la espléndida arquitectura montañesa que ha sabido conservar, testimonios de un pasado noble en el que presumió de ser la cabeza de un condado ligado al obispado de Palencia hasta hace sólo unas décadas.

Iglesia románica de El Salvador. Siglo XII. Localidad de San Salvador de Cantamuda. Montaña Palentina. Románico palentino. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Iglesia románica de El Salvador. Siglo XII. Localidad de San Salvador de Cantamuda. Montaña Palentina. Románico palentino. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego


FICHA TÉCNICA

Tipo de recorrido: Circular.

Señalización: No cuenta con señalización.

Inicio: El paseo arranca de la localidad de Tremaya.

Longitud: Entre la ida y la vuelta 7,5 km.

Duración: Unas 3 horas

Tipo de camino: Pistas y sendas.

Desnivel: 277 m.

Dificultad: Media, teniendo en cuenta el desnivel que hay que acometer y que el último tramo discurre por un suelo rocoso descarnado. No tiene complicación alguna pero exige las lógicas precauciones. Entre ellas no hacerlo con malas condiciones meteorológicas ni sin el equipo adecuado -comida, agua, protección…-. Tampoco es recomendable subir con el suelo nevado o mojado porque el tramo final discurre junto a cortados de roca.

Época recomendable: El otoño ofrece colores increíbles. El invierno panorámicas con nieve.

Emergencias: Tel. 112.

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