ÁVILA. Paseo a pie por La Serrota hasta las fuentes de este río abulense
Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO
El río Adaja articula, en sus primeros kilómetros de vida, uno de los espacios geográficos más personales de la provincia de Ávila, el valle Amblés, una amplia cuenca de fondo plano y extenso que se abre desde la capital provincial hacia el sur, hasta la linde montañosa de las sierras de La Serrota y La Paramera. Este afluente del río Duero, de hechuras y caudales humildes que se encuentra con el señor de los ríos castellanos en la provincia de Valladolid, tiene sus nacientes en un estrecho valle abierto en las laderas septentrionales de estas sierras, en un circo montañoso de pastos frescos, piornales, bolos de granito y un denso rebollar. El paseo, que conduce desde la localidad de Villatoro hasta el lugar preciso donde brota, la fuente del Ortigal, un sencillo pilón de dos caños plantado frente a un espléndido paisaje de largas vistas sobre el valle, atraviesa añejas dehesas al tiempo que permite recorrer y disfrutar una de las más importantes machas de rebollo de las sierras abulenses.

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EL PASEO

Para comenzar el garbeo que lleva hasta las fuentes del río hay que atravesar la localidad de Villatoro por la que fuera la antigua travesía de la N-110. Justo antes de la conexión entre ésta y la nueva N-110, que ahora rodea por el exterior la localidad, en la salida hacia Plasencia, es preciso desviarse por una pista que, por la cuneta izquierda, baja hacia el río para cruzar la nueva carretera por debajo. A partir de ese punto desaparece el asfalto y comienza la tendida ascensión que llevará hasta el nacimiento del río.

Los primeros 700 metros de paseo discurren por la pista forestal que recorre la orilla izquierda del Adaja mientras enlaza los prados más cercanos a la población y diversas construcciones auxiliares –viejas tenadas y cuadras-. Al final de este tramo se alcanza una trifurcación en la que habrá de seguirse por el ramal que continúa de frente, sin cruzar el río todavía y que, como señal bien palpable de que se trata del camino correcto, pasa junto a dos albercas. Se inician así otros 700 metros de paseo hasta alcanzar una cancela junto a la que acostumbra a agruparse el ganado que pace a su capricho.

Justo del otro lado, el camino se bifurca. El paseo continúa por el ramal izquierdo para, en unos 100 metros, cruzar por un vado el Adaja que aquí, si los caudales no bajan torrenciales, se muestra como un arroyo de los que se saltan en dos zancadas. La pista continúa ahora por la orilla derecha del río para introducirse poco a poco en un paisaje de transiciones en el que se alterna el paso por el rebollar adehesado y los prados cercados por el omnipresente granito. Trescientos metros después de pasar a esta orilla se presenta una nueva bifurcación en la que ahora se toma el ramal derecho para continuar en paralelo, aunque en alto, el curso río.

Mientras se suceden los prados y la dehesa muestra en este tramo algunos de sus ejemplares más añosos, habrá que prestar atención al siguiente desvío. Éste se presenta unos 800 metros después del último, a la altura del prado Caballo, una amplia pradería abierta en medio del rebollar. Casi al final de la cerca, junto a la que se transita, y justo antes de que el camino pase un pequeño pontón apenas perceptible, surge por el lado izquierdo un ramal, algo disimulado al principio pero muy marcado y ancho después, que es el que habrá de tomarse, dado que el paseo continúa ya en su totalidad por la orilla derecha del río hasta sus mismas fuentes. Justo cuando finaliza el rebollar y se abre paso, en la parte alta del valle, la zona de pastos, se divisa en la parte alta el pilón de la fuente. Por supuesto, sería desaprovechar la ocasión no alargar el paseo unos diez minutos más hasta el collado que hay encima para disfrutar de las estupendas vistas panorámicas que desde él se tienen del valle del Corneja.

EN MARCHA. El acceso al punto de inicio del paseo, la localidad abulense de Villatoro, se realiza por la N-110, que une Plasencia y Ávila.

EL PASEO. Se trata de un paseo lineal, de ida vuelta por el mismo camino. No está balizado pero resulta difícil despistarse, dado que basta con seguir el curso del río. En invierno puede haber bastante nieve. Longitud aproximada del paseo: 5,300 km, sólo la ida. Este trayecto viene a realizarse en unas dos horas y media.
MAPA. Nº 530-III, escala 1/25.000 del IGN.

ALREDEDORES. Son muchos los destinos de interés que se sitúan en el entorno cercano al puerto de Villatoro y el valle Amblés. Hacia el sur se localiza Piedrahíta, antiguo señorío de Valdecorneja, y Bonilla de la Sierra, una de las localidades con más personalidad de toda la provincia.