Hoy proponemos un par de paseos que tienen como aliciente añadido el de poder rematarlos con un buen baño de agua fresquita.
PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa «Aquí en la Onda» de Onda Cero Castilla y León. No dejes de consultar lo que sobre esta propuesta he publicado en el blog: https://siempredepaso.es/dos-paseos-senderistas-con-bano-incluido-en-la-provincia-de-leon
Transcripción del podcast
Hoy os propongo ir a disfrutar de la naturaleza pero con el aliciente de poder refrescarnos también en las aguas, tan tentadoras en esta época del año, de algún río de montaña.
Lo primero que hay que decir es que en Castilla y León tenemos un montón de lugares en los que podemos refrescarnos disfrutando de rincones acondicionados para el baño en plena naturaleza. Y una de las cosas que podemos hacer es localizar cuáles son esas zonas de baño que reúnen las condiciones de salubridad y seguridad necesarias buscándolas en la página web de la Consejería de Sanidad. Son lugares, la mayor parte en el entorno de embalses y lagos, que cuentan con un mínimo acondicionamiento de papeleras, algún chiringuito o, en algunos casos, hasta socorristas. Pero, sobre todo, lo que más se mira en ellas es que cuenten con una buena calidad del agua y que tengan zonas acotadas en las que el baño pueda realizarse sin peligro de que nos arrastre la corriente o se produzcan otro tipo de percances.
Lo que hoy quería proponer era acercarnse a disfrutar del agua al mismo tiempo que recorremos alguno de esos senderos que tanto nos gustan en cualquier época del año. Y, especialmente, en verano.
Os propongo dos paseos bien fresquitos por la provincia de León.
El primer de ellos nos va a acercar hasta un rincón que es conocido en la zona como Las Puentes de Malpaso y lo encontramos apenas a tres kilómetros de la localidad leonesa de Molinaseca. Un rincón que guarda relación con la memoria de los guerrilleros que sobrevivieron tras la finalización de la Guerra Civil.
En concreto, con la figura de Manuel Girón Bazán, uno de los maquis más legendarios y buscados por el franquismo y que era natural de Salas de los Barrios.
Tras el alzamiento del 18 de julio de 1936, al quedar El Bierzo inmediatamente incluido en el territorio del bando nacional, solo tuvo dos días para pensar si se daba por preso o se echaba al monte. Escogió lo segundo. Tenía 26 años y no imaginaba que así iban a pasar sus siguientes 15 años de vida, la mayor parte de ellos escondido en la comarca leonesa de La Cabrera, una zona intrincada, de orografía cómplice y, en aquellos años, prácticamente incomunicada.
La figura del «compañero Girón», como era mencionado por sus colegas de huida, fue creciendo con el paso del tiempo. Especialmente tras el final de la guerra, momento en el que pasó a integrarse en la bolsas de resistencia que pretendían el desgaste del nuevo régimen hasta que las potencias extranjeras se decidieran a restituir al gobierno derrocado. Como se sabe, ese momento nunca llegó.
Mientras, el valor y el arrojo del guerrillero comenzaron a divulgarse con aires de leyenda, haciéndose más y más grande tras salir con vida de varias emboscadas tendidas por las fuerzas nacionales.
Pero el dos de mayo de 1952 sufrió la traición de un Guardia Civil que había logrado infiltrarse en su grupo y que le descerrajó un tiro precisamente cuando estaban a solas escondidos en una covacha próxima a los puentes medievales conocidos como Las Puentes de Malpaso, y que son el destino de este paseo señalizado.
Como digo, hasta estos puentes, un apartado rincón lleno de encanto que forma parte también del Camino de Santiago más tradicional, se llega por el sendero señalizado PR-LE42. Son tres kilómetros de fácil paseo que pueden hacerse en una hora. El inicio hay que buscarlo en la iglesia de San Nicolás, en la parte alta de Molinaseca. Y el baño refrescante prometido nos lo podemos dar, o bien en las magníficas piscinas fluviales que encontramos en la localidad de Molinaseca, junto al puente medieval, o bien en el entorno, mucho más apartado de Las Puentes de Malpaso.
La segunda propuesta discurre por uno de los entornos naturales que más me gustan de Castilla y León: el Valle de Sajambre, uno de los dos valles leoneses que forman parte del Parque Nacional de los Picos de Europa.
Y, en este caso concreto, lo que propongo es acercarnos a disfrutar de un río de montaña fresco y saltarín a más no poder: el río Sella.
Encontramos uno de los manantiales de su nacimiento en la Fuente del Infierno, en mitad de la bajada del puerto del Pontón hacia Sajambre, y desde ahí mismo comienza un descenso precipitado entre bosques memorables y pozas cristalinas, por un valle que no tendría otra salida de no ser por el propio río. De hecho, el Desfiladero de los Beyos, que se abre al fondo del valle es el pasillo natural que le va a dar salida al mar en la costa asturiana.
De los muchos caminos que suben y bajan en este entorno atravesando bosques y majadas, conectando arroyos, prados e invernales, uno destaca por su nombre propio: La Senda del Arcediano. Señalizado como sendero de gran recorrido GR-201, arranca en el puerto del Pontón hacia Cangas de Onís, y es el viejo camino histórico que unía a través de las montañas los pueblos de este valle con los de Asturias antes de que pudiera construirse la carretera que discurre por el desfiladero de Los Beyos -uno de los más angostos y bonitos de Europa-.
La Senda del Arcediano es también un sendero muy hermoso y muy interesante, del que hablaremos con más detalle en algún otro programa, pero del que hoy propongo que nos acerquemos al tramo que enlaza las localidades de Oseja de Sajambre y Soto. Esta etapa de la Senda del Arcediano, históricamente utilizada por los vecinos de Soto y de Oseja para llegarse de un pueblo al otro antes de que la carretera fuera la vía de comunicación y los viajes dejaran de hacerse a pie, tiene unos cinco kilómetros largos y viene a recorrerse en una tranquila hora de fácil paseo.
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