LOS TESOROS DE VELILLA DEL RÍO CARRIÓN (Palencia)

Senda de El Pinar de Velilla. Velilla del Río Carrión. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Senda de El Pinar de Velilla. Velilla del Río Carrión. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
El Pinar de Velilla es uno de los dos pinares relictos -es decir, que se conservan desde la época de las glaciaciones- de la Cordillera Cantábrica. En este reportaje te cuento cómo realizar el fácil y ameno paseo que lo recorre. Recuerda que reservar tus alojamientos a través de SIEMPRE DE PASO me ayuda generar contenidos gratuitos para que los disfrutes.

Una senda recorre el interior de un pinar autóctono en el norte de Palencia


 
© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO

Viajando aguas arriba del Carrión, Velilla es la puerta de entrada a la montaña Palentina. Guardo, la antesala. Un poco más abajo quedan las llanuras cerealistas y las interminables choperas que acompañan el discurrir del río mientras hilvana las localidades de Palencia, Carrión y Saldaña. Para quien remonta sus frescas vegas, el murallón montañoso que sirve de límite al norte de la provincia se hace cada vez más contundente y rotundo hasta que, al llegar a Velilla del Río Carrión, todo en derredor se ha convertido en piedra caliza y laderas montañosas desde cuyas cimas se divisa media provincia. Todo no: entre tanta montaña destaca -también desde muy lejos- con una interminable fumarola la chimenea vaporosa de la central térmica que aprovecha las aguas de un río que aún a esas alturas no se ha repuesto del susto de tanto embalse como media entre su nacimiento y la localidad.

Fuente de La Reana, de origen romano en Velilla del Río Carrión. Senda de El Pinar de Velilla. Velilla del Río Carrión. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Fuente de La Reana, de origen romano en Velilla del Río Carrión. Senda de El Pinar de Velilla. Velilla del Río Carrión. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

Casi enfrente de la humeante chimenea, tan discreta que casi ni se percibe, queda uno de los dos tesoros con que cuenta la localidad: la fuente de La Reana, un manantial de flujo intermitente y forma rectangular, rematado en sillería y de cuyos muros arrancan tres arcos, de los cuales uno de ellos es vestigio de época romana. Otro resto romano es la mitad del ara, altar dedicado tal vez a alguna deidad relacionada con el agua, que se encuentra en su cabecera. Este manantial se ha identificado con las Fuentes Tamáricas a las que ya se refirió el historiador y geógrafo romano Plinio el Viejo en el siglo I, en su Naturalis Historia. La incomprensible intermitencia de su caudal, que incluso llega a secarse durante largos periodos de tiempo, lleva asociado desde siempre el nefasto presagio de que quien visitándole por primera vez lo viera seco atraerá sobre su persona malas rachas y hasta la propia muerte.

Senda de El Pinar de Velilla. Velilla del Río Carrión. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Senda de El Pinar de Velilla. Velilla del Río Carrión. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

El otro tesoro de Velilla pasa tan desapercibido, o más, que éste: es el monte de El Pinar, el único vestigio, junto al Pinar de Lillo, de los pinares autóctonos de pino silvestre que poblaron la Cordillera Cantábrica. El Pinar de Lillo, en el interior del Parque Regional de los Picos de Europa, está cerrado a las visitas y recorrerlo exige permisos especiales. Darse un garbeo por el interior del Pinar de Velilla es tan fácil y apetecible como tomar el sendero señalizado que lo recorre en una pequeña parte.

Senda de El Pinar de Velilla. Velilla del Río Carrión. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Senda de El Pinar de Velilla. Velilla del Río Carrión. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

La investigación de turberas en el norte de la provincia ha revelado la existencia de restos de piñas, polen y maderas fósiles pertenecientes a la especie pinus sylvestris. Estos restos son la evidencia de que el pino albar cubrió, hasta hace unos 3.000 años, una buena parte de las laderas meridionales de las montañas, hoy pobladas mayoritariamente por brezales y matorral. La llegada del hombre a estas latitudes, el abuso en el uso de la madera para construcciones y fuegos y la tala de bosques para dejar paso a los cultivos y el ganado fueron menguando la mancha forestal de la especie hasta dejarla reducida a estos dos pequeños pinares, que nada tienen que ver con las masivas repoblaciones de pino que se llevaron a cabo en la década de los cincuenta del siglo pasado, también con abundante representación en los alrededores de Velilla.

EL PASEO

El inicio del recorrido, muy fácil de realizar y corto, hay que buscarlo junto a la colonia de vacaciones Ciudad del Brezo, a dos kilómetros de Velilla, en la carretera que lleva hacia Camporredondo. A las afueras de la colonia, en dirección a Valcobero, se encuentra situado el aparcamiento y el panel informativo desde el que se arranca la visita. El recorrido tiene forma de ocho y está bien señalizado, aunque es preciso estar atento en los cruces para acabar recorriéndolo en el sentido correcto.

Senda de El Pinar de Velilla. Velilla del Río Carrión. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Senda de El Pinar de Velilla. Velilla del Río Carrión. Palencia. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

Tras abandonar el aparcamiento y pasar junto a una antigua escombrera de las minas, el paseo enlaza brevemente con el camino que discurre junto al arroyo del Pinar (seco la mayor parte del año). Enseguida aparece una indicación que nos desvía hacia la izquierda para llevarnos hasta el primero de los dos miradores que aderezan la ruta. Uno con vistas al pinar y el valle del Carrión y el segundo hacia el embalse de Compuerto y su presa, con el Espigüete al fondo.
Este último se alcanza desde el primero por un tramo que habrá que desandar en el camino de vuelta.


De nuevo en el primer mirador, el paseo prosigue por el sendero que, sin perder altura, faldea la montaña mientras nos interna en una zona de frondoso pinar.
Al alcanzar un pequeño puente de madera -de nuevo sobre el cauce del arroyo del Pinar- una indicación nos desvía hacia la izquierda para encaminarnos hacia otro de los grandes atractivos de este singular pinar: el conocido como Pino Enroscado, una rareza botánica que sorprende en medio de sus congéneres por la peculiar forma de tornillo que presenta su tronco.


Desde el puentecillo, tras caminar unos 300 metros pinar arriba, un último desvío hacia la izquierda nos deja ya ante este singular ejemplar de pinus sylvestris.
El regreso hasta el aparcamiento es tan obvio como seguir el camino que corre, todo recto y cuesta abajo, junto al cauce del arroyo del Pinar.


EN MARCHA. Hasta Velilla del Río Carrión se puede llegar desde Guardo por la carretera que lleva a Riaño.

EL PASEO. La Senda del Pinar de Velilla es una ruta señalizada de recorrido circular y una longitud total de 3,5 km que pueden realizarse en una hora. Se aprecia un desnivel de 150 metros que se superan con mucha facilidad. Puede realizarse todo el año y con niños. En la parte más alta del recorrido se localizan dos miradores, uno de ellos con un panel interpretativo del paisaje circundante.

CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LA TRUCHA. Se localizan en Velilla, junto al puente que salva el río Carrión. Está dedicado a divulgar las costumbres y hábitat de esta especie. Unas cámaras instaladas en el interior del río permiten observarlas en su entorno.

MÁS INFORMACIÓN. Casa del Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre – Montaña Palentina. Teléfono: 979 139 401. Ayuntamiento de Velilla: velilladelriocarrion.es.

DESCARGA AQUÍ EL FOLLETO DEL PASEO

DESCARGA AQUÍ EL TRACK GPS

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4 Comments

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  1. says: Rafael

    Precioso Javier, tantas cosas bonitas que tenemos en españa,y la gente se va a ver otros paises sin ver los tesoros que tenemos,un saludo

  2. says: Antonio Valderrábano Quintana

    Que interesante artículo. Yo que soy de Saldaña aunque vivo en Navarra donde he trabajado como médico no tenía conocimiento de ese pinar aunque he pasado varias veces por Velilla y he visto la Reana vacía unas veces y llenas otras. Del resto de las otras cosas que cita el artículo lo desconocìa.El resto de la zona norte lo conozco muy bien.