Los regates del Tera
Románico viejo y choperas en un paseo por la vega de este río zamorano
Texto y fotografías: Javier Prieto GallegoQue el río Tera es un río con carácter lo prueba que sus embestidas arrasan todo lo que pillan por delante. En su haber figura la mayor tragedia debida al rompimiento de una presa en España , la noche del 10 de enero de 1959, cuya riada posterior provocó 144 víctimas en la localidad sanabresa de Ribadelago Viejo. También las avenidas estacionales con que acostumbra a remojar pueblos y vegas de su curso bajo, kilómetros antes de sumar aguas al Esla, en una comarca, la que rodea Benavente, más que acostumbrada a inundaciones y desbordamientos.
Pero mucho de su carácter se comprende mejor en un garbeo por sus riberas, plenas de chopos y meandros que se deshacen como una magdalena a la menor remojada. Por ejemplo, entre Santa Marta de Tera y Pumarejo, oportunidad añadida para degustar, también, un interesante tramo del Camino de Santiago Sanabrés.
Comienza el paseo nada menos que a las puertas de la que está considerada la iglesia románica más veterana de Zamora y una de las más antiguas de la Península, la de Santa Marta. Lo que hoy se ve es una encantador templo de cruz latina con un ábside rectangular que la conecta con otros raros ejemplos de la tradición prerrománica hispana. Su portada meridional, que mira entre las tumbas del cementerio hacia el río, es uno de sus rincones más buscados. Sobre todo porque de uno de sus costados, el izquierdo según se mira, pende la representación escultórica más antigua del apóstol Santiago en pose de peregrino. Colocada donde está tras una última restauración, se hizo especialmente famosa al protagonizar una de las caras de la moneda de 5 pesetas dedicada a conmemorar el Año Jubilar Compostelano de 1993. Su compañera de puerta es la talla de San Pablo.
El primer tramo del paseo, que lleva por la orilla izquierda del río aguas arriba desde Santa Marta hasta la playa fluvial de La Barca, junto al puente que salva el Tera hacia Pumarejo, no tiene mayores complicaciones que seguir la omnipresente flecha amarilla que guía a los peregrinos por esta orilla.
Alcanzado el puente es hora de despedirse del camino jacobeo y la tranquilidad de las flechas para emprender el tornaviaje por la orilla opuesta. A 150 metros del puente arranca, por la izquierda de la carretera y entre maizales, la pista agrícola a tomar –la que no tiene el stop-. Quinientos metros más adelante se alcanza un cruce en el que ha de girarse a la derecha para llegar, 600 metros más adelante, a las afueras de Pumarejo. Toca ahí girar a la izquierda y en el siguiente cruce de nuevo a la izquierda para enfilar todo recto hacia el río. Antes de alcanzarle, a 570 metros del último giro, aparece una nueva pista por la derecha -la segunda desde el giro-. Trescientos metros más adelante ésta finaliza en una chopera. Toca ahora correr campo a través, sin perder la dirección, hasta topar con un enorme molino recientemente remozado. Sin cruzar el azud, en la linde de los maizales y uno de los ramales naturales del Tera, se abre hacia el Este un camino agrícola que hay que seguir hasta alcanzar una vieja acequia de cemento.
Caminando en paralelo a la acequia y el río, el paseo corre aquí por un sendero asilvestrado hasta alcanzar las construcciones de toma de agua del río. Tan sólo 150 metros más adelante se abandona el camino más marcado para salir, hacia la izquierda, por una senda apenas perceptible y sin señales. La mejor referencia para no perderse aquí es saber que desde esa toma de agua para el riego hasta el puente de Santa Croya de Tera todo el camino discurre bien pegado a la orilla del río. La senda apenas marcada se convierte 350 metros después de ese último desvío en el inmejorable camino de rodadura que lleva, a la verita del Tera, hasta el referido puente. Desde el puente hasta Santa Marta sólo median una cuesta y 400 metros más.
EN MARCHA. Hasta Santa Marta de Tera puede llegarse desde Benavente por la N-525 o la A-52 tomadas hacia Sanabria.
EL PASEO. Circular con principio y fin en Santa Marta de Tera. Es de muy fácil realización hasta la playa fluvial de La Barca, con presencia de flechas amarillas en los cruces. En el regreso, por la orilla derecha, es preciso prestar atención a los distintos desvíos, especialmente al último de ellos, 150 metros después de alcanzar las construcciones de una toma de agua para riego. El recorrido total es de 13 kilómetros que pueden hacerse en unas tres horas y media.
EQUINOCCIO. Los días 21 de marzo y 23 de septiembre tiene lugar en la iglesia de Santa Marta un fenómeno de iluminación natural semejante al de San Juan de Ortega.
Mapa de situación
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Croquis del paseo
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