Un paseo hasta los chiviteros de Torregamones (Zamora)

Chiviteros de Torregamones. Parque Natural Arribes del Duero. Comarca de Sayago. Arribes zamoranos. Zamora. España. © Javier Prieto Gallego
Chiviteros de Torregamones. Parque Natural Arribes del Duero. Comarca de Sayago. Arribes zamoranos. Zamora. España. © Javier Prieto Gallego
Los chiviteros fueron unas construcciones pastoriles comunes en Los Arribes zamoranos. Hoy ya no queda prácticamente ninguno. En este paseo te llevo hasta un pequeño grupo de chiviteros que se ha reconstruido cerca de Torregamones. Una excursión para todos los publicos que discurre por entre bellos paisajes y densos encinares.

Un hotel para cabritos

Densos encinares y viejas estampas en un paseo hasta los chiviteros de Torregamones

© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO

Los chiviteros de Torregamones son un monumento a la vida pastoril. Por suerte, a una vida pastoril que hace tiempo –no tanto- pasó a mejor vida. Y por eso los chiviteros de Torregamones deberían conservarse así, como están, el mayor tiempo posible: son una lección de sencillez, austeridad y sabiduría que vale mucho más que su peso en oro.

Por suerte los cabreros de hoy, si quieren, tienen teléfono móvil en el zurrón, mp4, notebook y hasta conexión a Internet. Y aunque la cabra es un animal de natural inquieto, pueden pasar la siesta corrigiendo artículos de la Wikipedia. O aprendiendo inglés con un curso on line. Al llegar la noche pueden llamar para que les vayan a buscar en un todoterreno, si están muy lejos o tienen que cargar con un chivín recién parido.



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Pero antes –no hace tanto- las cosas eran un punto diferente. Y el oficio de cabrero, también. Entre las diferencias se cuenta que, en función del lugar de pastoreo, no siempre era posible regresar con el rebaño por las noches. Antaño era común que, sobre todo en el verano, los pastores de cabras, de vacas o de ovejas, pasaran los días y las noches juntos, aunque no revueltos. Por eso abundaban en el paisaje las majadas, tenadas, los corrales, los chozos y, en Los Arribes zamoranos, las chiviteras, unas diminutas cabañas en las que el cabrero encerraba a los chivos recién paridos para ponerlos a salvo de zorros, lobos y demás depredadores de los campos sayagueses. Las chiviteras fueron en el pasado una construcción rústica tan habitual en Los Arribes como lo eran los rebaños de cabras que tenían en el paisaje de monte bajo, arribanzos y peñascales un lugar que ni pintado. De tal para cual, vamos. Y aunque aún sobreviven algunas otras en los alrededores de varios pueblos, el conjunto de chiviteras de Torregamones es el que mejor se conserva.

Chiviteros de Torregamones. Parque Natural Arribes del Duero. Comarca de Sayago. Arribes zamoranos. Zamora. España. © Javier Prieto Gallego
Chiviteros de Torregamones. Parque Natural Arribes del Duero. Comarca de Sayago. Arribes zamoranos. Zamora. España. © Javier Prieto Gallego

Pero no por casualidad. En primer lugar porque su propietario y hacedor, Manuel San Antonio, las tuvo en uso hasta los años 90 del siglo pasado. Y en segundo, porque en 1998 fue el Parque Natural quien se encargo de afianzarlas, acondicionar el entorno y colocar un reguero de pequeños carteles para ilustrar sobre su utilización y otros pormenores del oficio de cabrero. Y aunque hoy algún cartel ha sido borrado por el sol, el entorno y el conjunto de diminutas cabañas siguen componiendo una estampa pastoril de gran encanto, difícil de encontrar en ningún otro rincón. Por si no bastara, constituyen una excusa perfecta para alargarse en una apetecible caminata a través de uno de los encinares más extensos de Los Arribes zamoranos.

EL PASEO

El paseo está señalizado en su totalidad y completa un circuito de unos 12 kilómetros que siguen, en el tramo de retorno hacia Torregamones, las balizas blanquirrojas del GR.14. Perderse no es imposible, pero es más fácil que te coma el lobo.

Antes de echarse al monte conviene ojear el panel informativo que hay en la orilla de la carretera, al lado de la iglesia de Torregamones. Después, lo más complicado del paseo es dar con la calle que conecta con el camino hacia los chiviteros -aunque siempre quede la posibilidad de preguntar-.

Desde la misma espadaña de la iglesia hay que seguir las marcas blancas y rojas del GR. por la calle Peña Quebrada. Algo más adelante se pasa junto a la fuente de los Consumos, soterrada y protegida por una estructura de piedra, en una forma muy frecuente en la zona, y muy cerca de una morera llamativamente grande. Las señales del GR. se siguen calle adelante hasta llegar a la embocadura de la calle Santo, a la altura de una casa de factura moderna. Ahí se abandonan para comenzar el paseo a los chiviteros. La calle Santo es una calle larga en la que las construcciones se van haciendo cada vez más rústicas y auténticas a medida que uno se acerca al final. Tanto que será un pecado no fijarse en los raros relieves de una pared de granito, ya casi a la salida del pueblo, que muestran a dos enigmáticas figuras –una sobre un ventanuco- como queriendo hacer alusión, tal vez, a un oficio del pasado.

Chiviteros de Torregamones. Parque Natural Arribes del Duero. Comarca de Sayago. Arribes zamoranos. Zamora. España. © Javier Prieto Gallego
Chiviteros de Torregamones. Parque Natural Arribes del Duero. Comarca de Sayago. Arribes zamoranos. Zamora. España. © Javier Prieto Gallego

Poco después, cerca de la cruz de San Onofre, se acaba la calle y empieza el campo. Se llega de inmediato a unas eras amplias, en las que aparece otra fuente soterrada, Carrimiranda –tal vez lleve en el nombre la indicación de que este era el camino a Miranda do Douro-, con un puñado de pequeños bebederos de granito a su alrededor. Al lado, una gran charca retiene aún agua suficiente para aliviar la sed del ganado. Ya sin desviarse en los siguientes cruces otra fuente similar aguarda un kilómetro más adelante: fuente Vallanjo, también con su pequeño séquito de pilones de granito para facilitar el abrevadero a las reses. De ahí en adelante son bastantes los caminos que se abren a uno y otro lado, pero el que se lleva es el más ancho y marcado.

A 2,4 km de la última fuente sale, señalizado, el ramal que lleva hacia Miranda, pero el de los corrales sigue de frente con las señales verde y blanca. Setecientos metros después sale un ramal por la derecha, que no se toma, y otro por la izquierda 500 metros más adelante, que tampoco, a medida que el paisaje y el camino e tornan más agrestes y montunos. El encinar empieza a envolver el paseo mientras se rodea por un costado el vértice geodésico del pico Robledo (748 m). Cuatrocientos metros después se llega al corral de los chiviteros. Y resulta imposible no asociar la imagen de inmediato a un diminuto poblado indígena africano: así pintan, tal cual, esas diminutas cabañas circulares con los techos de retama cuyo principal recurso contra el acosador eran las pequeñas puertas –sabiamente orientadas al calor del mediodía- que el cabrero cerraba también con pequeñas losas de granito para dejar al cabrito a salvo. Y al lobo con un palmo de narices.

Merece –mucho- la pena regresar a Torregamones siguiendo 800 metros más la señalización verde y blanca del sendero hasta conectar, en el primer cruce, con las del GR.14 que, tomado hacia la derecha, torna a la población por el medio del encinar que se habrá avistado en toda su extensión desde alguno de los bolos que despuntan como balcones poco después de dejar atrás este bastión de cabritos. O poblado de Robin Hood.

Encinares en el entorno de los Chiviteros de Torregamones. Parque Natural Arribes del Duero. Comarca de Sayago. Arribes zamoranos. Zamora. España. © Javier Prieto Gallego
Encinares en el entorno de los Chiviteros de Torregamones. Parque Natural Arribes del Duero. Comarca de Sayago. Arribes zamoranos. Zamora. España. © Javier Prieto Gallego

EN MARCHA. Hasta Torregamones puede llegarse desde Zamora por la N-122 hacia Alcañices. En Ricobayo la ZA-324 encamina hacia Miranda do Douro. El desvío a Torregamones es el último por la derecha antes de alcanzar el Duero.
EL PASEO. Garbeo circular de unos 12 kilómetros que pueden hacerse en unas tres horas. En el trayecto desde Torregamones a los chiviteros se siguen las balizas de color blanco y verde. Después se conecta con las blanquirrojas del GR.14 que regresa a Torregamones por la ribera del arroyo de Fenoya, parando en viejos molinos y a través de un extenso encinar.

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Croquis del paseo hasta Torregamones. Parque Natural Arribes del Duero. Comarca de Sayago. Arribes zamoranos. Zamora. España. © Javier Prieto Gallego
Croquis del paseo hasta Torregamones. Parque Natural Arribes del Duero. Comarca de Sayago. Arribes zamoranos. Zamora. España. © Javier Prieto Gallego

INFORMACIÓN. Ayuntamiento de Torregamones, 980 61 61 18. Casa del Parque, Convento de San Francisco de Fermoselle, tel. 980 61 40 21.

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