TRAS LAS HUELLAS DE ISABEL
Escenarios reales para una reina fuera de serie
© Texto y fotografía: JAVIER PRIETO GALLEGOLa talla de esta reina es tan enorme que no es posible que cuadre en pantalla alguna, por muchas pulgadas que tenga. Y aún manteniendo las divergencias propias del discurso académico sobre un tema de tanta envergadura, no hay historiador –creo- que no coincida en que esta reina y su reinado, para bien y mal, fueron claves en el devenir del posterior desarrollo de la Historia de España. Tuvo que afrontar decisiones que la encauzaron para siempre por los derroteros que nos han traído hasta aquí. Y si cada uno de quienes han tenido mando en plaza han puesto su granito de arena, la reina Isabel I de Castilla jugó, sin duda, en otra liga: la de los reyes a los que la historia situó en momentos clave.
Por eso, y porque gran parte de su vida –que tampoco fue tan larga, 53 años- la paso yendo y viniendo por los caminos polvorientos de la Castilla más sobria, resulta difícil seguir por ellos paso a paso su recorrido vital (algo así como a Hemingway en Madrid). Más fácil es escoger algunos de los que tuvieron, a nuestros ojos, algo más de relevancia. Los otros, que los hay, los dejamos para otro día.
01 – MADRIGAL DE LAS ALTAS TORRES. A los amantes del orden cronológico les encantará empezar por aquí. Madrigal se convirtió en un destacado enclave del reinado de Juan II el día en el que decidió levantar en este lugar un palacio. Primero para descansar de vez en cuando pero después le cogió gusto. Lo mismo que su segunda esposa, Isabel de Portugal. Y así fue como vino a nacer en él, el 22 de abril de 1451, Jueves Santo para más señas, una niña llamada Isabel, a la postre y por propio empeño, una de las figuras más emblemáticas de la Historia de España. El palacio fue cedido por Carlos I a las monjas de la orden de San Agustín en 1525 y hoy son ellas las encargadas de guiar en la visita turística que permite conocerlo por dentro. Una experiencia recomendable en cualquier momento y con cualquier excusa. Y no solo por asomarse a la estancia del palacio en la que la tradición sitúa los primeros lloros de Isabel. Todo, desde el claustro, hasta las estancias en las que Juan II celebró las Cortes en las que se decidió sobre importación de lanas o sobre la necesidad de ajustar los sistemas de medidas; o su Salón de Embajadores, más tarde refectorio del convento en que vino a convertirse a partir de 1525, conserva esa pátina del tiempo que solo se percibe en los lugares con solera. Recias techumbres artesonadas; documentos autógrafos de reyes, reinas y nobles; importantes tallas, como las del bello calvario de la capilla Real -que se atribuye a Juan de Juni-; los restos de un panteón Real; la Piedad que don Fernando el Católico regaló a sus dos hijas monjas o una encantadora Virgen del Mar de estilo borgoñón con evocadora leyenda incluida. Braseros, cantorales, arcones, bargueños, la rueca de mano de la reina Isabel… un paseo por el tiempo.
Pero la visita a Madrigal no finaliza sobre las baldosas del palacio. Fuera toca detenerse en el Hospital del Rey, que aloja la Oficina de Turismo, un Centro de Interpretación de la Naturaleza y un museo con objetos mexicanos. Y, por supuesto, en la iglesia de San Nicolás de Bari donde la reina fue bautizada y que deslumbra sobre todo por la belleza de sus artesonados. Los 75 metros de su torre hacen de ella la más alta de toda la provincia. Información: www.madrigaldelasaltastorres.es.
02-ÁREVALO. Era costumbre de la realeza castellana medieval que las reinas, al quedar viudas, se alejaran de los trasiegos cortesanos. Y a ella se debe que Isabel la Católica pasara buena parte de su infancia entre las calles de Arévalo –entre los 3 y los 10 años-, a las faldas de su madre, Isabel de Portugal, que escogió la villa para retirarse tras la muerte de Juan II. Fue un momento dorado, tanto como la piel de los cochinillos que se tuestan en sus figones, para una población que vio cómo sus calles se llenaban de casonas nobiliarias, iglesias, conventos y hasta un palacio real, el de Juan II, del que ya sólo queda el recuerdo. Lo que sí ha perdurado es la maestría con la que los alarifes mudéjares trabajaban el ladrillo, tal como evidencian los más de 100 edificios catalogados con rasgos o elementos de este estilo que menudean entre sus calles y el contorno. Lo que sí puede visitarse es el castillo –Museo del Cereal- en el que Isabel debió de pasárselo bomba jugando por todos los rincones. Así fraguó una duradera amistad con Beatriz de Bobadilla, hija del Alcaide del castillo. Otro lugar emblemático relacionado con Isabel es la Casa de los Sexmos, en la hermosa plaza de la Villa, a donde los reyes Católicos vinieron en 1494 para refrendar el Tratado de Tordesillas que habían firmado con Portugal. Hoy acoge el Museo de la Historia de Arévalo. Información: Oficina de Turismo, tel. 920 30 13. www.ayuntamientoarevalo.es/
03- SEGOVIA. El nacimiento de Juana de Castilla, en 1461, supuso el traslado de Isabel y su hermano Alfonso a la Corte, instalada en la ciudad de Segovia. Y fue en esta ciudad donde su figura comenzó a cobrar el suficiente peso histórico como para terminar siendo proclamada reina de España. Son varios los escenarios relacionados con el paso de Isabel por la ciudad que aún perduran y todos ellos formarán parte de las visitas guiadas que, a partir del 13 de enero de 2013, la Oficina de Turismo tiene previsto realizar cada domingo a las 11,45. Por supuesto, uno de estos escenarios imprescindibles es el Alcázar, la fortaleza-palacio que ocupaba su hermanastro Enrique IV, junto al desaparecido palacio real de San Martín, cuando Isabel llegó a Segovia. Solo que en aquel momento no presentaba ese aspecto tan centroeuropeo que lo diferencia del resto de castillos castellanos. El responsable del cambio de imagen fue Felipe II. Por dentro también dista algo del castillo que conoció la reina. Carlos III ubicó en él la Academia de Artillería y un fortuito incendio, en 1862, convirtió en ascuas artesonados y tesoros de un valor incalculable. Aún así luce una buena colección de techumbres, entre las que destaca el artesonado de la sala de Reyes con 52 imágenes policromadas que representan a los reyes y reinas de Asturias, León y Castilla desde don Pelayo hasta Juana la Loca. Pero Segovia es importante en la vida de Isabel porque es la ciudad en la que se proclamó reina. Tras conocer la muerte de Enrique IV no se perdió un segundo en los preparativos de la ceremonia: al día siguiente en la iglesia románica de San Miguel. Desde ella salió en procesión hasta el Alcázar para tomar posesión simbólica del lugar en el que había residido hasta entonces la Corte. Días más tarde, el 2 de enero de 1475, la antigua catedral de Segovia –situada muy cerca del Alcázar- sería testigo de una gran ceremonia organizada en Acción de Gracias. Información: web,www.turismodesegovia.com. Centro de Recepción de Visitantes, tel. 921 46 67 20.
04- MEDINA DEL CAMPO. La querencia de los Reyes Católicos por Medina del Campo comenzó cuando, todavía princesa, Isabel es proclamada Señora de Medina. Y algo debieron de ver en ella los Reyes Católicos para convertirla en lugar de estancias cada vez más prolongadas entre sus continuos trasiegos. Tanto que para acomodarse en ella acabaron reformando el palacio en el que, a la postre, Isabel pasó sus últimos días. Por eso son tres los hitos que se incluyen en el paquete turístico “Caminos de una reina”, organizado desde la Oficina de Turismo: el Palacio Real Testamentario, el castillo de la Mota y la iglesia colegiata de San Antolín. El castillo de la Mota es, para algunos, la mejor fortaleza de España. Lo que sí que fue es una de las más queridas para los Reyes Católicos. De hecho ellos fueron los principales impulsores de esta obra maestra de la arquitectura militar mudéjar. A su empeño personal se debe la construcción de la barrera exterior defensiva, ejemplo para otras muchas en Europa. También el impulso que dieron a unas ferias que convirtieron a Medina en el centro financiero más relevante del mundo occidental del momento. El Palacio Real Testamentario, si bien sus orígenes están en el siglo XIII y en su vida figuran otros episodios importantes, lo cierto es que con su nombre recuerda el más trascendental de todos: el dictado que hizo de su testamento la reina Isabel la Católica mientras esperaba su muerte en él, acaecida el 26 de noviembre de 1504. El edificio actual de la colegiata fue levantado por impulso directo de los Reyes Católicos para presidir la amplia ágora de los mercados. Información: medinadelcampo.es. Tel. 983 81 00 63.
Y así se publicó en papel en el periódico EL NORTE DE CASTILLA