UN PASEO JUNTO AL DUERO EN LA CIUDAD DE ZAMORA

Ocas en la playa de Los Pelambres. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Ocas en la playa de Los Pelambres. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
El Duero ofrece, a su paso por la ciudad de Zamora, una oportunidad única de pasear o disfrutar de una barca de remos casi a los pies mismos de una de las catedrales románicas más admiradas de España. En este reportaje te cuento cómo realizar el paseo fluvial señalizado que recorre ambas orillas del Duero en la capital zamorana entre islas, jardines, puentes e iglesias románicas. Recuerda que reservar tus alojamientos a través de Siempre de Paso me ayuda a generar contenidos gratuitos.

No importa si ya has estado una o mil veces: si no has paseado por la orilla izquierda del Duero no conoces el auténtico perfil de Zamora. Ese que la convirtió en una ciudad medieval tan apetecible para todos como para que tuviera que encastillarse hasta los dientes si quería seguir siendo de nadie. O subirse a la enorme explanada rocosa en la que está para convertirse en un objetivo tan inexpugnable como para que solo se pudiera entrar en ella a través del portillo que alguien dejara abierto, por traición o lealtad, según el bando al que se favoreciera, en la muralla.

Perspectiva de Zamora con el Duero a los pies. Paseo fluvial del Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

Y ese es uno de los alicientes que más apetecen de este paseo que se desenreda entre chopos, pasarelas e islas misteriosas: contemplar sin prisas y mientras se camina el perfil de una ciudad tan vieja casi como la historia de España. Un perfil dominado por los precipicios sobre los que se aúpa su casco histórico y que tienen al río, precisamente, como ese foso insalvable capaz de marcar fronteras allí por donde pasa. Un perfil de almenas, casas de piedra y tejados rojos sobre los que asoman las torres de sus iglesias pero, sobre todo, la torre y cimborrio de una catedral inconfundible.

El Duero ofrece, a su paso por la ciudad de Zamora, una oportunidad única de pasear, caminando o en barca de remos, casi a los pies mismos de una de las catedrales románicas más admiradas de España.


Vegetación en el río a la altura de las islas de Las Pallas y el Club Naútico. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Vegetación en el río a la altura de las islas de Las Pallas y el Club Naútico. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Puente de Piedra al anochecer. Paseo fluvial del Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Puente de Piedra al anochecer. Paseo fluvial del Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

EL PASEO

El circuito, que muchos zamoranos han incorporado a sus hábitos de vida sana en las primeras y últimas horas del día, tiene varias versiones y diferente extensión, según se haga a pie o en bicicleta. Pero en lo básico, y combinando el paseo junto a las aguas con la visita a sus principales monumentos, viene a ocupar unos 8 kilómetros de recorrido que, según el tiempo que se dedique a las visitas, puede entretener entre dos horas y toda una jornada.

El lugar donde dejar el coche y comenzar la caminata es el parque de las Pallas, junto a una cancha deportiva y enfrente de la isla del mismo nombre. Si nos acercamos ya a la orilla descubrimos enseguida la pasarela que nos permite saltar hasta este islote asilvestrado que es, también, camino de paso para quienes toman el trasbordador de cable que desde su orilla opuesta lleva hasta el Club Náutico de Zamora, ubicado en otra de las isletas que el Duero va sembrando a su paso por la ciudad. Un archipiélago fluvial de naturaleza exhuberante y tintes misteriosos, sobre todo al caer la noche, que el viajero descubre asombrado por parecerle escenario de cuentos o fantásticas historias. Ahí, en medio de la corriente aguardan, entre otras y sin necesidad de perderse por la inmensidades del Pacífico o naufragar, la isla de los Conejos o la de los Antropófagos. La realidad, menos excitante que la fantasía, nos cuenta que un Duero ancho y de poca profundidad ha ido dejando estos islotes en medio del cauce y que, según las épocas, fueron utilizados incluso como terreno en el que tenían huertas algún convento.

Piragüismo en el canal de la isla de los Bañaderos. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Piragüismo en el canal de la isla de los Bañaderos. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

El paseo sigue aguas abajo por la orilla del parque de los Tres Árboles hasta pasar bajo el puente del ferrocarril, reliquia metálica de finales del siglo XIX perteneciente a la línea que unía Gijón y Sevilla. Casi al lado está el puente de Hierro, hermano de sangre y época solo que en pleno uso. Desde aquí, y hasta alcanzar el puente de Piedra, el paseo se despega de las orillas mismas del río para enlazar varias iglesias románicas próximas, como las de Santo Tomé, Santa María de la Horta o Santa Lucía, junto a la cual encontramos también el Museo de Zamora.

Ya del otro lado del puente de Piedra, histórico paso medieval curtido en mil batallas y crecidas, el paseo lleva junto a las ruinas de monasterio de San Francisco y, enseguida, hasta el chiringuito y playa de los Pelambres, punto de partida y llegada del transbordador que trasiega pasajeros -a demanda- entre las históricas aceñas de Olivares, que se ven enfrente, y este refrescadero al que acuden a bañarse, con buen tiempo, especialmente los niños zamoranos.

Barcas de remo junto amarradas en las Aceñas de Olivares con la catedral al fondo. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Barcas de remo junto amarradas en las Aceñas de Olivares con la catedral al fondo. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

El acceso al casco histórico de Zamora se realiza continuando desde la playa hasta el puente de los Poetas, de reciente construcción. De nuevo en la orilla derecha pero ahora circulando corriente arriba, hay que llegarse, en primer lugar, hasta las Aceñas de Olivares, uno de los conjuntos de estas características más antiguos de España. Además de estar acondicionadas para las visitas son el punto de partida para los paseos en barca que, si el tiempo es bueno, deberían completar de manera obligatoria esta jornada de agua y románico.

Aceñas de Olivares. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Aceñas de Olivares. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Interior de las Aceñas de Olivares. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Interior de las Aceñas de Olivares. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

La parte del románico viene a continuación ya que lo suyo es subir desde las aceñas hacia la catedral, que está justo encima, y dedicar el tiempo que sea menester a visitar este cogollo monumental formado por la catedral, el castillo, los jardines y el Museo de Baltasar Lobo.

El regreso hacia el puente de Piedra, primero, y el aparcamiento donde dejamos el coche, después, conviene hacerlo por la pintoresca calle del Troncoso, en un costado de la plaza de Antonio del Águila. Después de asomarnos al mirador del mismo nombre y pasar junto al Rincón de la Poesía Zamorana, la Oficina de Turismo y a la iglesia de San Pedro y San Ildefonso, el descenso hacia el río se realiza por la Cuesta de Pizarro, en la que se ubica, junto a la antigua puerta de San Pedro, también el Centro de Interpretación de las Ciudades Medievales.

NO DEJES DE… DARTE UN PASEO EN BARCA POR EL DUERO. Es posible gracias a las cuatro embarcaciones a remo, de madera y pintadas en vivos colores, muy parecidas a las que utilizaban antiguamente los vecinos del barrio para pescar y moverse entre las islas que se forman en el cauce del río. Las barcas son gratuitas y se toman desde el interior de las Aceñas de Olivares. También es posible coger ahí la barcaza que cruza el río hasta la playa de los Pelambres. Las barcas funcionan en el mismo horario que las aceñas (martes-domingo, 10,30-14 y 18-21 horas). La barcaza, en el mismo horario pero de miércoles a domingo.

Barcas de remo junto amarradas en las Aceñas de Olivares con la catedral al fondo. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Barcas de remo junto amarradas en las Aceñas de Olivares con la catedral al fondo. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

INFORMACIÓN. Oficina de Turismo de Zamora. Tel. 980 53 36 94. turismo-zamora.com.


QUÉ VER

LA CATEDRAL. Auténtico símbolo de la ciudad y su monumento más conocido, levantado en el siglo XII. Hay que dirigirse hacia el río para contemplar su puerta del Obispo, frente al palacio Episcopal. En el interior, además de una inesperada luminosidad, que aporta principalmente la bella cúpula escamada, destaca la presencia del coro, en el centro del templo, o la sillería, abundante en temas profanos que retratan la vida cotidiana de la ciudad en el siglo XVI, en el que fue realizada. También es de mérito la magnífica reja que cierra la capilla mayor y de obligado cumplimiento la visita al Museo Catedralicio para disfrutar, entre otras joyas, de la colección de tapices flamencos tejidos entre los siglos XV y XVI (Entrada conjunta a la catedral y los museos catedralicio y diocesano, 5 €). EL CASTILLO Y LAS MURALLAS.  Del castillo partían los tres cercos amurallados que, en su momento, rodearon por completo la población. Hoy esas murallas, rehechas en numerosas ocasiones, siguen formando parte del paisaje de la ciudad, especialmente en el flanco septentrional. Desde la parte superior del castillo se disfrutan unas magníficas vistas del río y la ciudad (Gratuito. Abre de martes a domingo). MUSEO BALTASAR LOBO. Junto a la catedral. Acoge la obra de este escultor zamorano. CENTRO DE INTERPRETACIÓN DE LAS CIUDADES MEDIEVALES. Ubicado en un edificio moderno, está dedicado a la reflexión sobre cómo se formaron las ciudades medievales, Zamora entre ellas. Magnífico mirador sobre el Duero (Tel. 980 536 240). MUSEO DE ZAMORA. En el Palacio del Cordón. Secciones de Arqueología y Bellas Artes (Precio: 1 €. Tel: 980 516 150). ACEÑAS DE OLIVARES. Ejemplo de la actividad industrial medieval ligada al río. En este caso, las tres aceñas acogen en su interior un martillo pilón, un batán y un molino harinero en funcionamiento. A través de ella se accede a las barcas de remos. (Gratuito. martes-domingo, 10,30-14 y 18-21 horas).

Interior de las Aceñas de Olivares. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Interior de las Aceñas de Olivares. Paseo fluvial de Zamora junto a río Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

DÓNDE COMER

CASA MARIANO [asadorcasamariano.com]. Cocina moderna a partir de recetas tradicionales. Especialistas en bacalao y asado de lechazo.

LOS CAPRICHOS DE MENESES. Cocina original pensada para gustar y sorprender: sopa de manzana con tosta zamorana, a partir del queso y aceite de manzanilla; foie gras sobre blini con piña caramelizada y pincelada de salsa de Módena; tentáculo de pulpo a la brasa con milhojas de patatas al pimentón y dibujos de ajoblanco.

LIBERTÉN [restauranteliberten.com]. Cocina zamorana de siempre con las carnes de Aliste. Espacio moderno, acogedor y funcional.

DÓNDE DORMIR

SERCOTEL HORUS ZAMORA. Un hotel acogedor de estilo modernista instalado en un palacete de principios del siglo XX, en pleno centro histórico y cultural de Zamora.

PARADOR DE ZAMORA. En un palacio renacentista del siglo XV, construido sobre una antigua alcazaba musulmana. A un paso de las orillas del Duero.

HOSTERÍA REAL DE ZAMORA. En el Palacio de la Inquisición, edificio renacentista del Siglo XVI. Agradable patio claustral. Junto al Puente de Piedra.

DÓNDE DORMIR

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