CINCO RINCONES MÁGICOS DE LOS MONTES AQUILANOS: LAS MONTAÑAS SAGRADAS DE EL BIERZO

Localidad de Peñalba de Santiago. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Localidad de Peñalba de Santiago. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Viejos monasterios, cuevas eremíticas y pueblos perdidos en los intricados valles de los Montes Aquilanos. Un viaje lleno de sorpresas y misticismo al corazón más secreto y apartado de El Bierzo.
Texto y fotografías: Javier Prieto Gallego

Están a un paso de Ponferrada pero a siglos luz del aquí y ahora. De hecho, parecen anclados en un pasado remoto, en una burbuja del tiempo de la que se pudiera entrar y salir, pero sin cambiar nada.

Puede que esa cualidad inmaterial, esa barrera capaz de detener el trote del calendario fuera la que tanto atrajo a la legión de ermitaños que en torno al siglo X ocuparon las cuevas de uno de sus valles para cumplir el sueño de bajarse del mundo, de apearse del trajín de vivir en la Edad Media para disfrutar de la santa paz, del aislamiento místico que lleva hasta la antesala de Dios. Mucho, mucho antes de que el Valle del Silencio fuera un cocedero de santones, las tribus celtas que luego prestarían sus brazos a Roma para extraer el oro de Las Médulas ya habían visto en estas montañas, los Montes Aquilanos, una condición sagrada que aún hoy se percibe junto a cada piedra del camino.

Su perfil contundente y oscuro acompaña a los peregrinos desde que entran en El Bierzo por la Cruz de Ferro hasta que salen por Villafranca. Son las estribaciones montañosas que cercan el horizonte por la izquierda, la pared con la que chocan las miradas que miran al sur, la barrera montañosa que delimita por esa parte el cuenco orográfico que es El Bierzo. Con cimas que superan a menudo los 2.000 metros, marcan frontera con la vecina Cabrera, otra burbuja del tiempo.

Portada arcos mozárabes geminados. Iglesia de Santiago de Peñalba. Localidad de Peñalba de Santiago. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Portada arcos mozárabes geminados. Iglesia de Santiago de Peñalba. Localidad de Peñalba de Santiago. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

Así, de este a oeste, el arco montañoso de los Montes Aquilanos, que se extiende a lo largo de unos 200 kilómetros cuadrados y forma parte de las estribaciones de los Montes de León, ve despuntar en su reguero de cumbres las alturas de Cabeza de la Yegua (2.315 m.), Meruelas (2.020 m.), el Alto de las Berdiaínas (2.116 m.) o La Aquiana (1.849 m.). Pero también siente la hondura de los intrincados valles que se abren desde esas alturas hacia el norte, marcando las estrecheces oscuras y empinadas que tanto atrajeron a quienes buscaban la paz del silencio. Valles frondosos por donde bajan ríos como el Oza o arroyos con tanta fuerza como para mover los pesados martillos pilones de las abundantes ferrerías que explotaban por igual la riqueza forestal y minera.

Interior de la Iglesia de Santiago de Peñalba. Vista desde la cabecera hacia el contraábside. Localidad de Peñalba de Santiago. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Interior de la Iglesia de Santiago de Peñalba. Vista desde la cabecera hacia el contraábside. Localidad de Peñalba de Santiago. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

Perderse por estos vericuetos continúa exigiendo cierta pericia al volante. La carretera estrecha y arriscada que asciende hasta Peñalba de Santiago, por ejemplo, vuela en algunos puntos sobre profundos barrancos. Es el precio por alejarse, al menos durante un rato, del mundo.

01- PEÑALBA DE SANTIAGO. Es la joya  de la corona de los Montes Aquilanos. Su estampa ancestral y el espectacular enclave montañoso que la rodea atraen cada fin de semana decenas de visitantes. Tantos que a veces es imposible acercar el coche. En medio del mar de tejados de pizarra que cubren de manera uniforme todas las construcciones del pueblo despunta, como la vela de un buque, la espadaña de la iglesia de Santiago, joya entre las joyas. Esta iglesia mozárabe es en realidad el único trozo superviviente del monasterio que fundara a finales del siglo IX san Genadio, quien a su vez se propuso revitalizar la oleada de santurrones y ermitaños que guió hasta aquí san Fructuoso dos siglos antes. El templo es una maravilla tan llena de enigmas como de hermosura, empezando por la espléndida portada de arcos geminados de herradura apoyados sobre capiteles de mármol y terminando por la colección de graffitis dibujados en la Edad Media sobre el yeso de las paredes desnudas, apuntes, caricaturas y trazos que hablan de la vida cotidiana de una comunidad de monjes perdidos entre montañas.

Iglesia de Santiago de Peñalba y Tejados de pizarra. Localidad de Peñalba de Santiago. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Iglesia de Santiago de Peñalba y Tejados de pizarra. Localidad de Peñalba de Santiago. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Localidad de Peñalba de Santiago. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Localidad de Peñalba de Santiago. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

02- LA CUEVA DE SAN GENADIO. Un paseo de media hora lleva desde la iglesia de Santiago de Peñalba hasta la Cueva de San Genadio. Es el mismo camino que recorría el santo cada vez que quería alejarse del bullicio del convento. El camino hoy está señalizado y la mayor dificultad estriba en cruzar un arroyo que puede bajar muy cargado de agua. La cueva puede estar cerrada por una verja pero un vistazo entre los barrotes deja ver las dimensiones de este pequeño templo modelado por la tradición de perseguir las huellas del santo. La misma tradición por la que, en el pasado, se sacaba tierra de una covacha contigua en la creencia de que aliviaba dolencias y males. La misma por la que se persiguieron y robaron con fruición los restos del santo y sus reliquias de su tumba en la iglesia de Peñalba.

Entrada a la Cueva de San Genadio en el Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Entrada a la Cueva de San Genadio en el Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Arroyo del Silencio. Camino a la Cueva de San Genadio en el Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Arroyo del Silencio. Camino a la Cueva de San Genadio en el Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

03 -MONTES DE VALDUEZA. Unos kilómetros antes de alcanzar Peñalba surge el desvío hasta esta población de aires rústicos y auténticos. Junto a inmensos bosques de castaños y a los pies del pueblo queda el monasterio de San Pedro. Sus orígenes se rastrean en la fundación llevada a cabo por san Fructuoso en el siglo VII cuando llegó hasta aquí cansado de los trajines del monasterio que antes había fundado en Compludo. La historia de este de San Pedro pervivió hasta que las desamortizaciones del XIX y un pavoroso incendio posterior le dejaron en el limbo de los monasterios abandonados.

Un pastor su rebaño de ovejas y cabras regresan a última hora de la tarde. Localidad de Montes de Valdueza. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Un pastor su rebaño de ovejas y cabras regresan a última hora de la tarde. Localidad de Montes de Valdueza. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Monasterio de San Pedro de Montes. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Monasterio de San Pedro de Montes. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

04- EL TEJO DE SAN CRISTÓBAL. Si hay alguien que podría contar la historia de los Montes Aquilanos de pe a pa ese es el tejo que pervive a las afueras de San Cristóbal de Valdueza, en el extremo occidental de esta cadena montañosa. Junto a las ruinas de una ermita que hace de camposanto se alza este árbol monumental al que un ingeniero forestal ha atribuido, exactamente, la edad de 1.247 años. Y dicen que no es el más longevo ni el más hermoso de la zona. Pero sí es uno de los más visitados. Desde luego, sus 15 metros de altura dejan con la boca abierta. Tiene un diámetro de copa de 19 metros y un perímetro de tronco de casi 5. Es un ejemplo de libro para recordar que el tejo fue árbol sagrado para los celtas, que se relacionaba con la inmortalidad y con el recuerdo de los antepasados. La llegada del cristianismo no pudo hacer olvidar los ecos de aquellas creencias dando paso a la costumbre, muy extendida por el noroeste peninsular, de cultivar tejos junto a las iglesias o ermitas como la de San Cristóbal de Valdueza.

Tejo milenario a las afueras de San Cristóbal de Valdueza. Montes Aquilanos. Valle del Silencio. El Bierzo. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

05. EL CAMPO DE LAS DANZAS. Una hermosa vista sobre El Bierzo es lo que aguarda a quienes se aventuren por la empinada carretera que desde San Esteban de Valdueza se eleva hasta las praderas herbosas conocidas como El Campo de las Danzas, cuyo nombre de nuevo trae reminiscencias de las liturgias que los celtas practicaron en estas montañas. El camino prosigue hasta el semidespoblado de Ferradillo y, para los amantes de las alturas, hasta lo alto de La Aquiana, la auténtica montaña sagrada en cuya cumbre vela durante unos meses al año la Virgen del mismo nombre.


EN MARCHA.  El recorrido por los Montes Aquilanos puede comenzarse en Ponferrada siguiendo las indicaciones que señalan hacia la estación de esquí de El Morredero. En la subida a esa estación se localiza San Cristóbal de Valdueza. Para ascender hacia Peñalba de Santiago hay que dirigirse antes hasta San Esteban de Valdueza. En esta localidad se desgajan las carreteras que suben hacia Peñalba, por un lado, y Villanueva de Valdueza y Ferradillo, por el otro.


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