En un paraje rodeado por las tranquilas dehesas extremeñas que se abren cerca de las riberas del río Ambroz y no lejos de la localidad de Oliva de Plasencia, se localizan los restos de la, en su día, pujante ciudad romana de Cáparra, citada por Plinio en el siglo I d.C. Su estratégica posición dentro de la Lusitania, en un lugar de paso obligado para quienes transitaban por la Vía de la Plata, contribuyó a un alto grado de desarrollo que, hacia el I d.C., se tradujo en una importante monumentalización de sus edificios. Sin duda, el resto más llamativo de cuanto ha sobrevivido al paso de los siglos es el arco tetrápilo que ocupa el centro geográfico de la urbe, en el cruce de las dos calles principales, kardo y decumanus. Sus cuatro arcos sostenidos por cuatro pilares lo convierten en un ejemplo único en la península.
En torno a ese punto las excavaciones han ido sacando a la luz reveladores restos de aquella ciudad, como las termas, que pueden verse junto al arco; el foro, centro político y religioso de la ciudad; el enlosado de la propia Vía de la Plata, que pasa bajo el arco; el anfiteatro; calles y viviendas o restos de la muralla y puerta fortificada. De todo ello se ofrece cumplida información en el Centro de Interpretación del recinto.
Datos prácticos
Centro de Interpretación y recinto de Cáparra
Tel. 927 19 94 85.