Entre gansos y palomas: un recorrido por las Lagunas de Villafáfila (Zamora)

Uno de los observatorios situados junto a las orillas de la laguna en la Reserva Natural Lagunas de Villafáfila. Zamora. Castilla y León. España.© Javier Prieto Gallego
Uno de los observatorios situados junto a las orillas de la laguna en la Reserva Natural Lagunas de Villafáfila. Zamora. Castilla y León. España.© Javier Prieto Gallego
Las lagunas de Villafáfila presentan su mejor cara cuando las lluvias las ponen a rebosar de agua y aves. Es entonces cuando estos horizontes rectilíneos de Tierra de Campos viven el ajetreo propio del que se ha convertido en uno de los enclaves ornitológicos más destacados de la península Ibérica. Descubre aquí cómo visitar esta reserva natural y cuáles son sus principales atractivos. Recuerda que reservar tus alojamientos a través de Siempre de Paso me ayuda a generar contenidos gratuitos para que los disfrutes.

El entorno natural de las lagunas de Villáfila, un atractivo destino para los amantes de las aves

Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO

Los humedales que rodean las poblaciones zamoranas de Villafáfila, Villarrín de Campos y Otero de Sariegos se encuentran estos días a rebosar. No sólo de agua, que lo están, sino sobre todo de aves. Este año están encharcados hasta los campos de cultivo. Incluso transitar por muchos de los caminos que surcan la «aburrida» estepa cerealista terracampina es ahora una aventura peligrosa: en cualquier momento los coches se quedan patinando sobre el barro rojizo de los caminos peleando por escapar de la trampa tan inútilmente como las moscas de un papel pegajoso. Quedas avisado.

Si te animas a visitar esta zona para disfrutar de pueblos y naturaleza, reserva ya aquí.

Pero el espectáculo de verdad está estos días en los cielos y las aguas de Villafáfila. Sobre todo al caer la tarde. Es entonces cuando los aficionados a escudriñar aves gozan como niños con el espectáculo de ver aterrizar en bandadas a los cerca de 20.000 gansos que veranean estos días en las lagunas. Aunque al profano le sorprenda, Villafáfila y sus estepas peladas son uno de los descansaderos favoritos para estos miles de individuos, originarios de lugares como Noruega y Suecia que abandonan temporalmente cuando llega el invierno para buscar lugares más calentitos. Y los encuentran aquí, donde pasar alguna noche a menos cinco o menos diez grados centígrados es para ellos una noche algo fresquita que apenas recordaran cuando regresen, pasado febrero, a sus criaderos nórdicos.

Para sacar el máximo partido en una visita a este entorno natural NO TE OLVIDES de llevar unos buenos PRISMÁTICOS o TELESCOPIO.

Palomar.Villafáfila. Zamora. Castilla y León. España, 2006 © Javier Prieto Gallego
Una de las señas de identidad del paisaje terracampino son, además de sus llanuras, sus palomares. Estas construcciones, cuya particular peste ha sido el abandono por parte de muchos de sus propietarios en las décadas pasadas, campean todavía en muchos lugares de Castilla y de León. Como los que encontramos tanto en los alrededores de Villafáfila como de otras localidades del entorno.Palomar. Villafáfila. Zamora. Castilla y León. España, 2006 © Javier Prieto Gallego

Listado de aves vistas recientemente desde el observatorio de Otero de Sariegos.

Últimas especies de aves vistas desde el observatorio de la Casa del Parque

Los vasos lagunares que se abren entre las tierras de cultivo se alimentan principalmente de las aguas de lluvia y del drenaje de arroyos y torrenteras. Por eso, si el otoño ha sido generoso, estas lagunas tienen su mejor momento durante los meses de diciembre y enero. Es entonces –ahora- cuando puede disfrutarse de la observación de la mayor parte de las 220 especies, la mayoría aves, que habitan en este entorno natural. La mejor manera de conocer la indudable importancia que tiene este hábitat es empezar cualquier visita por el Centro de Interpretación situado en la carretera que une Villalpando y Villafáfila. El centro ocupa 23 hectáreas y se encuentra rodeado por lagunas, alguna de ellas artificial, que cuentan con observatorios desde los que atisbar las idas y venidas de muchas de las especies de aves. El interior del Centro está acondicionado con paneles y fotografías que explican tanto la historia de las transformaciones que ha sufrido el entorno de las lagunas como las condiciones climáticas y orográficas que las han convertido en uno de los más relevantes ecosistemas del interior peninsular. Cabe destacar la instalación de una cámara de televisión sobre las aguas de las lagunas para que los visitantes la manejen desde el mismo Centro.

Uno de los observatorios situados junto a las orillas de la laguna en la Reserva Natural Lagunas de Villafáfila. Zamora. Castilla y León. España.© Javier Prieto Gallego
Uno de los observatorios situados junto a las orillas de la laguna en la Reserva Natural Lagunas de Villafáfila. Zamora. Castilla y León. España.© Javier Prieto Gallego

Tanto si eres un avezado ornitólogo como si no tienes la menor idea, te recomiendo vivamente que lleves en tu teléfono la aplicación gratuita de identificación de aves «Merlin Bird ID Cornell Lab«. Esta estupenda herramienta te ayuda a identificar las especies por el canto que se escucha en ese momento. Otra herramienta muy útil para llevar en el móvil es la aplicación «Aves de España» de la organización SEO/BirdLife.

A PIE O EN BICICLETA

Uno de los recorridos que podemos hacer, además del de los caminos que encontramos en el entorno de la Casa del Parque, es el de las pistas agrícolas que rodean la laguna de la Salina Grande, el mayor espacio lacustre de la reserva. Además de acercarnos de una manera más solitaria a este entorno de llanuras, lavajos y campos de labor cerealistas, pasaremos cerca de algún viejo palomar, descubriremos los restos de un humilde puente de época de romana -que ya nos habla de la necesidad más que antigua de adecuar pasos para transitar entre encharcamientos- y nos acercaremos al despoblado de Otero de Sariegos, junto al cual se localiza un observatorio de aves abierto únicamente en época invernal. El rodeo de esta gran laguna se completa regresando a Villafáfila primero por la carretera de Otero y luego por una pista agrícola que corre en paralelo a pocos metros de la orilla lagunar. En total, 10 km tranquilos, especialmente recomendables para realizar en invierno o primavera, que es cuándo más ajetreo ornítico presenta este entorno, pero con el previsible inconveniente de encontrarnos con los caminos embarrados hasta lo indecible si los hacemos en época de lluvias. El paseo lo podemos arrancar por la pista agrícola que pasa junto a las piscinas de Villafáfila. Un poco después de alcanzar una explotación se localiza el breve desvío que acerca hasta las humildes trazas del puente romano que ayudaba a salvar el cauce del río Salado. El resto del paseo es evidente, desviándose hacia la derecha en cada cruce, lado en el que nos quedará siempre la laguna que estamos rodeando en el mismo sentido que las agujas de un reloj.

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UN POCO DE HISTORIA

Como muy bien proclaman los ornitólogos, y bien han sabido tantos pueblos como trabajaron en su entorno al paso de los siglos, la importancia de estos humedales es mayúscula. Sobre todo por su estratégica posición en medio de las llanuras terracampinas. Son ojos azules, luces de vida en un horizonte plano, duro y casi siempre reseco. No sólo las aves supieron desde siempre que estas charcas eran un buen rincón para vivir, también los hombres. En estos mismos lares se rastrean asentamientos más allá de la Edad del Hierro.

Pero la historia humana de las lagunas arranca de manera continuada cuando en el siglo XII, con la ordenación territorial del viejo reino de León, tiene lugar la creación de núcleos de población estables. De aquel momento datan pueblos como Villafáfila, Villalpando, Villarrín o el ya casi extinto Otero de Sariegos. Todas las poblaciones de la zona  tuvieron que ver desde el principio con la explotación de la sales que proporcionaba la combinación de tierra y agua en este preciso lugar. Todos, en un primer momento monasterios cercanos y lejanos, y después, desde 1348 en que se convierte en monopolio, los mismos reyes, se afanaron en explotar hasta el agotamiento este valoradísimo condimento. Fue, durante la Edad Media, el único enclave de producción de sal con el que contó el reino de León. Carlos III, en el siglo XVIII, creó la Real Fábrica de Sal de Villafáfila, que llegó a funcionar hasta la Guerra de la Independencia. Después la sal se agotó, pero las lagunas continuaron siendo un entorno privilegiado para la caza, abundante gracias a la rica fauna que atraían sus orillas.

Paseo ornitológico en torno a las lagunas de Villafáfila. Casa de la Reserva Natural Lagunas de Villafáfila. Zamora. Castilla y León. España.© Javier Prieto Gallego
Paseo ornitológico en torno a las lagunas de Villafáfila. Casa de la Reserva Natural Lagunas de Villafáfila. Zamora. Castilla y León. España.© Javier Prieto Gallego
Paseo ornitológico en torno a las lagunas de Villafáfila. Casa de la Reserva Natural Lagunas de Villafáfila. Zamora. Castilla y León. España.© Javier Prieto Gallego
Visita guiada a Casa de la Reserva Natural Lagunas de Villafáfila. Zamora. Castilla y León. España.© Javier Prieto Gallego

Hoy, convertida en Reserva Natural, en Zona de Especial Protección para las Aves, en humedal incluido en el convenio Internacional de Protección de Zonas Húmedas, aún es capaz de albergar en sus contornos a la mayor concentración de avutardas del mundo: cerca de un 10% de la población mundial de esta especie. Y de brindar, aunque por pocos días, el espectáculo de las aves, un lujo que sólo se tiene al alcance de los prismáticos unos pocos meses cada año.


En marcha. A Villafáfila se puede llegar desde la autovía A-6, donde una desviación une Villalpando y Villafáfila.

Centro de interpretación de la Naturaleza. Tel.: 980 58 60 46. Se encuentra situado 2 kilómetros antes del pueblo. Desde él puede hacerse un recorrido de 1,5 km por los senderos que bordean las lagunas, visitando diferentes observatorios. Un sendero guiado, con acceso a varios observatorios, recorre el contorno de la Laguna Parva. INFORMACIÓN Y WEB.

Observatorios. Distribuidos por las diferentes lagunas que conforman el enclave, encontramos varios observatorios hasta los que podemos acercarnos en coche. Existe también señalización para enlazarlos por caminos a pie o, mejor, en bicicleta, aunque hay que tener en cuenta, según la época, la posibilidad de que se encuentren embarrados. Uno de los observatorios más concurridos se localiza junto a la abandonada localidad de Otero de Sariegos. Este observatorio ornitológico, abre únicamente en periodo invernal, cuando la población de ánsares es mayor y ofrece una amplia panorámica de la Laguna Grande. También es el punto de arranque de la pista agrícola que permite transitar, a pie o en bicicleta, entre la Laguna Grande y la de Barrillos hasta Villafáfila. Otro interesante punto de observación lo encontramos frente a la Laguna de San Pedro, junto a la localidad de Villarrín de Campos. Aunque la laguna no es muy grande tiene la ventaja de ser uno de los observatorios donde más cerca se puede ver a las aves. Se localiza en la carretera de Villarrín de Campos a Villafáfila. Por supuesto, los prismáticos ayudan a disfrutar mucho más de cualquier acercamiento a las lagunas.


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